El
sector privado debe estar a la altura de las circunstancias para ayudar a
mitigar los efectos de la contingencia y actuar en el futuro inmediato.
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La
institución financiera destaca que
no actuar ante un escenario como el que se está viviendo en México con el
avance de la pandemia del Covid-19, podría tener consecuencias de muy largo
alcance.
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Es
imprescindible que la población comprenda la necesidad del aislamiento, que
permitirá evitar la propagación del contagio, de lo contrario serán deseables
medidas drásticas para que se ejerza.
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Es
fundamental que el Gobierno Federal destine recursos fiscales apuntalar el
sector salud de forma que pueda enfrentar mejor la crisis sanitaria que se
avecina.
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BBVA
México precisa que las medidas económicas establecidas por
el Gobierno Federal deberán centrarse en limitar las consecuencias de la
pandemia, principalmente como eje de apoyo a las personas más vulnerables y más
allá de los objetivos fiscales.
BBVA México, a través de su área de Estudios Económicos,
presentó hoy el estudio “La inacción es más peligrosa que la sobrerreacción,
tanto para la salud pública como para la economía”. El objetivo de este
análisis es dar a conocer algunas reflexiones para el sector público y privado
sobre las urgentes acciones que deben tomarse para proteger a la población
mexicana del avance de la pandemia Covid-19 y marcar lineamientos para
contrarrestar las consecuencias que traerá a la economía mexicana.
Ante
un entorno económico de incertidumbre mundial derivado de la pandemia Covid-19,
México debe trabajar de manera inmediata en acciones que le permitan apoyar a
la población del riesgo de contagio. Es por ello que la institución financiera
sugiere que además de los esfuerzos para generar conciencia sobre el
aislamiento de la población, se contemplen de ser necesarias medidas más
“drásticas” para que se ejerza, tomando como ejemplo lo que se ha realizado en
otros países, donde aparentemente fue tardío.
Los
economistas explican que “una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) es
inevitable” por lo que las decisiones del Gobierno Federal en torno a este
escenario indicarán qué tan rápido podría darse una recuperación económica y señalaron
que “el trade-off entre intentar
frenar el contagio y el impacto económico es ilusorio”; la sobrerreacción que
hoy se evita podría minimizar la expansión del virus y por ende provocar un
menor impacto económico. Es mejor suprimir la epidemia que tratar de mitigarla.
De
acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), México se ubica en la
etapa de propagación de casos locales del Covid-19, por lo que a mayor tiempo
perdido aumentan las consecuencias para la salud pública y la economía. Para BBVA
México establecer medidas de política pública en el contexto de la crisis
sanitaria, son necesarias y oportunas no solamente para la población, también
significan afrontar la situación económica principalmente de las personas más
desfavorecidas.
La
rapidez con que el virus se ha expandido a diferentes países, resultará en una
recesión económica global cuya magnitud y duración es incierta, lo que ha
frenado tanto a la oferta como a la demanda. En ese sentido, el estudio señala
que es “factible que la afectación a la actividad económica global sea mayor a
la que se observó en la crisis financiera global de 2008-2009”.
En
el contexto de la duración y profundidad de la recesión, el análisis establece
que esta incertidumbre se basa en tres principales razones: i) que nadie sabe
cómo va a progresar la epidemia, ii) qué medidas de contención del contagio se
tomarán y qué tan efectivas serán, y iii) cuánto tardarán los sistemas de salud
en encontrar o desarrollar medicinas efectivas y/o en encontrar una vacuna contra
el virus.
En
lo que se refiere a las acciones para limitar los efectos económicos en México,
el estudio destaca los estímulos fiscales y refiere que la actuación del banco
central será clave. Por lo que detalla que el PIB sufrirá una profunda caída y
tendrá una lenta recuperación, con lo cual “BBVA México anticipa una
contracción económica de 4.5% en 2020, con fuerte sesgo a la baja si se siguen
postergando las medidas para frenar el contagio”.
Por
el lado de los efectos en la oferta, el estudio precisa que “el desplome de la
demanda en Estados Unidos y aunado a las disrupciones en las cadenas de valor
por el ‘cierre’ económico en muchas regiones provocarán caídas significativas
en la producción manufacturera en México”, además del freno que tendrá el
sector de la construcción por las medidas de contención del contagio y una
caída significativa en la demanda de viviendas e hipotecas por los efectos que
la pandemia tendrá en las finanzas de las familias.
Uno
de los puntos que enfatizan los economistas de BBVA México se refiere a
redirigir el gasto público al sistema de salud pública, así como a apoyar a las
familias. También prevén que tanto la inversión pública como la producción
industrial tengan fuertes caídas, pero anticipan que con la población quedándose
en casa el sector de servicios se verá “severamente afectado en el corto
plazo”.
Por
el lado de la demanda el estudio realizado por la institución financiera prevé
que habrá una profunda caída en la inversión privada, esto como resultado de la
decisión que se tomó sobre la planta cervecera de Mexicali, Baja California, y
que representa un golpe a la confianza, pese a la ratificación del T-MEC, con
el que el país debería estar aprovechando la oportunidad para atraer inversión
y se ésta se está desperdiciando. La consulta con una participación de solo 3%
de la población manda una señal de que “no hay certidumbre jurídica y que se
pueden cambiar las reglas ya muy empezado el partido (la planta llevaba más de
dos terceras partes de avance)”.
Asimismo,
el informe da a conocer que el freno al consumo por el cierre económico
temporal y lo que implica una lenta recuperación, causará efectos importantes
en las finanzas familiares. Se estima que la pérdida de empleos en el sector
formal, así como la falta de ingresos para el sector informal tendrá una fuerte
acumulación de deudas, a lo que se sumará “un desplome en las remesas” que
podría ser mayor al de 2009, esto por el aumento en la tasa de desempleo en
Estados Unidos.
El días pasados el indicador diario de ventas minoristas reflejó
primero un aumento sustancial del consumo privado, derivado del impulso
temporal de las compras de pánico que se presentaron en los primeros días de la
contingencia, con una posterior caída a medida en que más personas se han
recluido en sus hogares. El estudio refiere que “los servicios con mayores
afectaciones han sido el transporte aéreo, preparación de alimentos y bebidas,
hospedaje, así como servicios de ocio y entretenimiento”.
BBVA México señala que el tiempo en que la economía global y en el país
se paralice como efecto del Covid-19 afectará visiblemente la creación de
empleos. La institución financiera anticipa que los sectores con mayor
afectación inicial son comercio, restaurantes, transporte y turismo, donde
actualmente se ubican 32.7% del total de ocupados, así como caídas en las
exportaciones por el desplome de la demanda en EE.UU. y global. Por lo que
sugieren un mayor crecimiento del gasto público ante la necesidad de una
política fiscal contracíclica.
El
estudio destaca que ante un panorama de disminución en los precios de los
energéticos y de una acelerada ampliación de la brecha negativa de producto, la
inflación podría compensar los probables efectos negativos de la depreciación
del peso y la contracción de la oferta agregada, por lo que estima que en este
entorno el balance de riesgos de la inflación es a la baja. Aun cuando el Banco
de México (Banxico) estima que la convergencia de la inflación con el 3% puede
ser más lenta, la institución estima que ésta podría ser más rápida, debido a
la importante contracción que se dará en la demanda agregada, y no descarta la
posibilidad de que la inflación se pueda ubicar en algún momento en los
próximos trimestres por debajo del rango de variabilidad del objetivo de
Banxico (de 2-4%).
En
lo que respecta a política monetaria, BBVA México detalla que “es necesaria una
postura acorde con el contexto de una profunda recesión económica y el eventual
dominio de las presiones bajistas sobre los precios”. Y enfatiza que la postura
monetaria del país continúa siendo altamente restrictiva aún con la última
bajada de 50pb, que la ubicó en 6.5%, siendo ésta una de las tasas reales de
política monetaria más altas del mundo, una de las peor posicionadas a nivel
global para contrarrestar los efectos negativos sobre la economía y las
personas.
La
institución financiera advierte que Banxico podría hacer tres bajadas más de 50
pb. en las tres reuniones próximas, pero que en todo caso lo deseable sería que
la tasa monetaria alcance niveles significativamente menores a los que ahora se
prevén, y no descarta que al final la tasa pudiera terminar alcanzando los
niveles mínimos históricos de 3.5%.
El
informe explica que otra de las funciones de Banxico ante el escenario
económico actual, debería ser asegurar el otorgamiento de liquidez necesaria al
sistema financiero en caso de que así fuera requerido en el corto plazo. Con
esto se podría evitar un mayor endurecimiento de las condiciones financieras. “Ante
un escenario complejo –señala el estudio- acudir a la ventanilla de descuento
por liquidez no debe ser estigmatizado ni castigado.”
En
este contexto, se debe de proveer de liquidez para que los bancos puedan
realizar préstamos puente a las empresas y que éstas, a su vez, puedan seguir
solventando sus gastos de operación, incluyendo sueldos, en un entorno de
ventas muy bajas. Por otro lado, se deben de otorgar las facilidades para
otorgar créditos de reestructura a familias y empresas emproblemadas para que
éstas no tengan que realizar pagos de capital e intereses en lo que dura la
coyuntura, ya que –de acuerdo con el estudio- ninguna empresa que fuese viable
y solvente antes del inicio de este episodio debería de desaparecer, porque de
ser así, sería un error de política.
En
el análisis se habla de la importancia de contar con estímulos fiscales
dirigidos, dando prioridad a los grupos de personas más afectadas y
desfavorecidas, y detalla que los objetivos fiscales deben pasar a segundo
plano para apuntalar el sistema de salud y apoyar a los trabajadores a través
de una política fiscal contracíclica que deberá ser indispensable, pero
deberían ser acompañadas de señales claras con respecto a que solo permanecerán
el tiempo que sea necesario y que serán acompañadas de una próxima reforma
fiscal que aumente los ingresos públicos una vez que pase el periodo de
contingencia de salud y económica.
El
estudio sugiere la adopción de tres medidas fiscales adecuadas a la situación.
En primer lugar, realizar transferencias de efectivo tanto a personas que han
perdido su empleo como a aquellas que dependen de su ingreso diario para vivir,
siendo la prioridad el bienestar de los trabajadores. En segundo lugar, dar
estímulos fiscales a empresas, priorizando las pequeñas y medianas y las de los
sectores más afectados. A diferencia de las personas, los estímulos debieran
ser en la forma de créditos, posposición de pago de algunos impuestos, y no
transferencias directas. Y en tercer lugar, la reasignación de partidas
presupuestales dirigidas a proyectos de inversión no rentables para primero la
adquisición de materiales y provisión servicios médicos adecuados, y después,
la mejora de infraestructura.
Ante
el escenario económico es necesario hacer frente a la problemática de PEMEX,
toda vez que, con la caída en los precios internacionales del crudo, sus
pérdidas serán mucho mayores a las observadas en los últimos años. Es así como
el informe propone tres ejes de acción: i) suspender todo el plan de emisiones
que tenía contemplado la compañía; es el gobierno federal quien debe emitir en
su lugar; ii) detener la construcción de la refinería; iii) reducir
considerablemente la actividad de refinación e importar más gasolinas
aprovechando el bajo precio actual y el hecho de que Pemex pierde considerables
sumas al refinar.
Generar
confianza en los inversionistas es fundamental y se deben evitar acciones que
la pongan en duda, como la consulta sobre la planta cervecera de Constellation
Brands en Mexicali, que es una mala señal para la inversión, como en su momento
fue la cancelación del aeropuerto o las disputas de los contratos de
gasoductos, porque esas decisiones no representan hechos aislados sino son una
parte central del proceso de toma de decisiones del actual gobierno. De no
darse marcha atrás a la decisión, es de esperarse que una indispensable
recuperación de la inversión privada, tras la previsible profunda recesión
económica, no tenga lugar.
Para
finalizar, el análisis detalla que es importante el involucramiento del sector
privado, no solo en la etapa de contingencia, sino también en el futuro
inmediato. En este sentido, se debe reconocer que la prioridad son los más
desfavorecidos, y se debe actuar en consecuencia. Los recursos del gobierno
serán limitados y será el momento de ayudar como nunca antes, complementando
esos esfuerzos y generando las condiciones para que se reduzcan de forma más
rápida las condiciones de pobreza y desigualdad.
Ante
esta situación, es necesaria una reforma fiscal -una vez superada la
contingencia- que aumente la recaudación
de forma significativa, pero con una progresividad indispensable donde las
tasas efectivas de las empresas deberán tender a subir y los vacíos legales que
previenen o disminuyen el pago de impuestos deben desaparecer. Por último, debe
concretarse un Estado de Derecho con rendición de cuentas y verdadero castigo
institucional a la corrupción.
Las
situaciones extremas sacan lo mejor o lo peor de las personas y las sociedades.
En un país como México, con tantos rezagos y tantos momentos difíciles, es
necesario cambiar el contrato social para sentar las bases de una sociedad más
justa.
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