La cartera de crédito vigente otorgada por la banca comercial al sector privado al cierre de enero 2020 fue de $4,671.1 miles de millones de pesos (mmdp), lo cual implica un aumento nominal anual de +5.2% contra enero 2019. Si bien existe un incremento en el crédito otorgado, hay una desaceleración considerable en el ritmo de crecimiento del mismo desde finales del 2016. Consideramos que los crecimientos seguirán siendo moderados pero que la caída en el ritmo de los mismos podría ser menos pronunciada; ya que se necesitaría de un impulso en la economía para ver una recuperación, de lo cual no hay señales inminentes. El mejor comportamiento viene de los créditos a la vivienda, mientras los créditos a empresas siguen intentando recuperarse ante una inversión que permanece moderada.
La cartera de
crédito otorgada a las empresas y personas físicas con actividad
empresarial aumentó +3.8% y representa el 55.9% de la cartera
vigente total; el crecimiento fue ligeramente mejor al registrado en
diciembre. La cartera empresarial fue de las más afectadas el año
pasado, sobre todo considerando un lapso desde marzo, y
adicionalmente se encuentra en sus niveles de crecimiento más bajos
desde mediados del 2010. La desaceleración es un reflejo del bajo
dinamismo de la economía y se manifiesta en menores incrementos en
la gran mayoría de los sectores empresariales; entre los segmentos
de mayor peso que sufren una reducción en su ritmo o inclusive
decrementos, se encuentran los créditos a la industria manufacturera
(-3%) y al comercio (+0.4%) que representan el 21.9% y 18.1%,
respectivamente del total del segmento; mientras tanto los créditos
a la construcción (+8.8%) vieron una mejora frente a su ritmo de los
últimos cuatro meses y representan el 17.2%.
El crédito al
consumo incrementó +4.9%, su mejora menos elevada desde noviembre
del 2010, a pesar de que hubo una estabilización en el ritmo de
crecimiento durante la mayor parte del 2019. La tendencia de largo
plazo continuó siendo una de desaceleración. El principal
contrapeso surge de los créditos de nómina (+7.4%) y para la
adquisición de bienes de consumo duradero (+9.8%) que representan el
24.1% y 15.5% de los créditos al consumo, respectivamente.
El crédito a la
vivienda, que representa 19.4% de la cartera vigente total, aumentó
+10.4%. Si bien el incremento es ligeramente menor al observado desde
marzo del año pasado, se mantiene en niveles sólidos y es la
cartera con el mejor desempeño. El impulso viene del mayor
otorgamiento de créditos residenciales (+11.7%), a pesar de la caída
en el crédito otorgado a la vivienda de interés social (- 4.2%).
Por último, el
crédito a intermediarios financieros, que representa 1.9% del total,
volvió a registrar una disminución (-1.5%) por segunda ocasión
consecutiva. Si bien representa una pequeña proporción de la
cartera vigente, también ha sufrido el impacto de la desaceleración.
Conclusión
El crédito otorgado
por la banca al sector privado continúa con una tendencia a la baja
indicando señales de desaceleración en el largo plazo. Sin embargo,
y dados los niveles en los que nos encontramos, el ritmo de
crecimiento podría verse menos afectado en los períodos por venir.
El crédito a la vivienda continúa con el mejor comportamiento,
mientras que el destinado al consumo disminuye de manera moderada,
con indicios de una tendencia a la baja, y el otorgado a empresas
refleja la desaceleración más pronunciada. Lo anterior implica que,
al parecer, la situación económica del país puede estar afectando
los niveles de crédito otorgados y el período de ajuste podría
extenderse. Sin embargo, dada la base comparable, podría esperarse
que el ritmo de la caída sea menos pronunciado mientras avanza el
año. Si bien hay una desaceleración en el crédito otorgado a la
banca, cabe resaltar que los índices de morosidad y de
capitalización del sistema todavía se mantienen en niveles sólidos.
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