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Las energías limpias añadieron 184 GW de nueva capacidad en 2019, 12% más que en 2018.
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El aumento se produjo con una inversión similar a la de 2018, lo que demuestra los beneficios de la caída de costos.
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La capacidad proyectada para 2030 aún está muy por debajo de lo necesario para cumplir los objetivos del Acuerdo de
París.
Frankfurt / Nairobi, 10 de junio de 2020.-
Mientras
la industria de los combustibles fósiles está siendo golpeada por la
COVID-19, las energías renovables han alcanzado su punto de máxima
rentabilidad,
de acuerdo con un nuevo informe publicado hoy. La caída en los costos
es una oportunidad para que los gobiernos prioricen las energías limpias
en sus paquetes de recuperación económica pos-COVID-19 con miras a
cumplir los objetivos del Acuerdo de París.
El reporte de Tendencias globales en la inversión en energías renovables 2020, del Programa
de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el
Centro de Colaboración de la Escuela de Frankfurt y el PNUMA, y
BloombergNEF (BNEF), analiza las inversiones de 2019 y los
compromisos de energía limpia asumidos por los países y las empresas
para la próxima década.
De
acuerdo con el informe, ya está planificada la instalación de 826
gigavatios (GW) de nueva capacidad de energía renovable no
hidroeléctrica para 2030. Sin embargo, se requerirán
3.000 GW adicionales en la próxima década para que el mundo logre
limitar el aumento de la temperatura global en menos de 2 ºC a fines de
siglo, el objetivo principal del Acuerdo de París.
Las
inversiones planificadas para 2030, de alrededor de US$ 1 billón, están
incluso por debajo de los US$ 2,7 billones comprometidos en favor de
las energías renovables en la década
pasada.
El
informe muestra que la caída en los costos de instalación implica que
las inversiones futuras pueden ofrecer mayores resultados de los
esperados. En 2019, la capacidad de las
energías renovables, excluyendo las grandes represas hidroeléctricas de
más de 50 MW, creció 184 GW, 12% más que en 2018. Este aumento se logró
con inversiones de US$ 282.200 millones, sólo 1% más en que en el año
anterior.
Según
el informe, gracias a las mejoras tecnológicas, las economías de escala
y la feroz competencia en las subastas, el costo nivelado de la
electricidad continuó disminuyendo
en los casos de las energías eólica y solar. Los costos de electricidad
de las nuevas plantas solares fotovoltaicas en la segunda mitad de 2019
fueron 83% más bajos que una década antes.
"Cada
vez son más las voces que piden a los gobiernos usar los planes de
recuperación pos-COVID-19 para crear economías sostenibles. Esta
investigación demuestra que la energía
renovable es una de las inversiones más inteligentes y rentables que
podemos impulsar", dijo la directora ejecutiva del PNUMA, Inger
Andersen.
“Si
los gobiernos aprovechan la disminución en los costos de las renovables
para poner la energía limpia en el centro de la recuperación económica,
darán un gran paso hacia un
mundo natural saludable, que es una de nuestras mejores pólizas de
seguro contra las pandemias”, dijo Andersen.
En
la última década, la energía renovable ha ido captando una parte
dominante del mercado de generación de electricidad con combustibles
fósiles. En 2019, la inversión en renovables,
excluyendo las grandes centrales hidroeléctricas, fue más de tres veces
mayor que en las nuevas plantas de combustibles fósiles.
Casi
78% de los GW netos de capacidad de generación agregados globalmente en
2019 provienen de las energías eólica, solar, de biomasa y desechos,
geotérmica y de pequeñas hidroeléctricas.
"Las
energías renovables como la eólica y la solar ya representan casi 80%
de la nueva capacidad de generación de electricidad. Los inversores y
los mercados están convencidos
de su fiabilidad y competitividad", dijo Svenja Schulze, ministra de
Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de
Alemania.
"La
promoción de las energías renovables puede ser un motor poderoso para
la recuperación de la economía después de la crisis de la COVID-19, con
la capacidad de crear empleos
nuevos y seguros", agregó Schulze.
“Al
mismo tiempo, las energías renovables mejoran la calidad del aire y por
ende protegen la salud pública. Al promover las energías renovables en
el marco de los paquetes de estímulo
económico del nuevo coronavirus, tenemos la oportunidad de invertir en
la prosperidad futura, la salud y la protección del clima".
En 2019, se marcaron muchos otros récords, de acuerdo con el informe:
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Las mayores adiciones de capacidad de energía solar en un año, de 118 GW.
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La mayor inversión en energía eólica marina en un año, con US$ 29.900 millones, lo que equivale a un aumento de 19% interanual.
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La mayor financiación en favor de un proyecto solar, con US$ 4.300 millones para Al Maktoum IV en los Emiratos Árabes Unidos.
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El mayor volumen de acuerdos corporativos de compra de electricidad de fuentes renovables, con 19,5 GW en todo el mundo.
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La mayor capacidad otorgada en subastas de energía renovable, con 78,5 GW en todo el mundo.
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La mayor inversión en energías renovables en economías en desarrollo, exceptuando a China e India, con US$ 59.500 millones.
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Una
inversión cada vez amplia. Un récord de 21 países y territorios
invirtieron más de US$ 2.000 millones en energías renovables.
"Vemos
que la transición energética está en su apogeo, con la mayor capacidad
de energías renovables jamás financiada. Mientras tanto, el sector de
los combustibles fósiles se ha visto muy afectado por la crisis de la
COVID-19, con una disminución en la demanda de electricidad a carbón y
gas en muchos países, y la caída de los precios
del petróleo”, dijo Nils Stieglitz, presidente de la Escuela de
Finanzas y Administración de Frankfurt.
“La
crisis del clima y la COVID-19, a pesar de su diferente naturaleza,
son alteraciones que requieren la atención tanto de los responsables de
las políticas como de los gerentes. Ambas crisis demuestran la
necesidad de aumentar la ambición climática y cambiar el suministro de
energía del mundo hacia las energías renovables",
añadió Stieglitz.
La
inversión en 2019 elevó la participación de las energías renovables
en la generación global a 13,4% (excluyendo las grandes centrales
hidroeléctricas), por encima del 12,4% de 2018 y el 5,9% de 2009. Esto
significa que, en 2019, las plantas de energía renovable impidieron la
liberación de un estimado de 2,1 gigatoneladas de
dióxido de carbono, una cantidad sustancial dado que las emisiones
globales del sector eléctrico fueron de aproximadamente 13,5
gigatoneladas en 2019.
"La
energía limpia se encuentra en una encrucijada en 2020", dijo Jon
Moore, director ejecutivo de BloombergNEF. “En la última década se
obtuvo un gran progreso, pero los objetivos oficiales para 2030 están
muy por debajo de lo que se requiere para abordar el cambio climático.
Cuando la crisis actual se alivie, los gobiernos
deberán fortalecer sus ambiciones, no sólo con respecto a la energía
renovable, sino también respecto a la descarbonización del transporte,
los edificios y la industria”, agregó Moore.
Lea el informe:
bit.ly/2Uw5CVK