| Ciudad de México, a 16 de agosto de 2023
“Si
para la economía somos importantes, para la salud somos el
número uno y, más aún, somos el principal filtro para la
seguridad nacional”, expresa Manuel Óscar Enciso Villarreal, al
hablar sobre importancia del agente aduanal en el
comercio internacional de nuestro país, actividad a la que se ha
dedicado más de 50 años, desde que decidió dejar la capital del
país para asentarse en el Puerto de Veracruz, convocado
por las enseñanzas de su abuelo Manuel.
Alegre,
disfrutando de la vida después de superar una enfermedad que lo
tambaleó más no lo derribó, el empresario originario de
la colonia Nativitas de la Ciudad de México, ex compañero en la
escuela primaria de personajes como el recién fallecido Jorge
Berry, Pedro Ferriz de Con y del exsecretario de Hacienda
José Ángel Gurría, recuerda a aquel abuelo que con disciplina
militar lo introdujo al mundo de los agentes aduanales, desde
donde forjó una empresa que hoy es el pilar de la
familia con otros dos agentes aduanales como Edmundo y Óscar;
Santiago y Carlos que se dedican al transporte ligado a la
empresa y Elia, la mujer entre varios hombres.
Revela Manuel Enciso que su abuelo fue fotógrafo en la
Revolución, quien llegó a ser coronel y de ahí trabajó con los
militares de la época, y “de ahí dio el brinco a Aduanas, junto
con otro tío-abuelo, Gregorio Enciso Rivera, hermano
mayor de él, que en aquellos años era el cajero principal en la
aduana de Veracruz”, cargo que tenía el valor de lo que hoy es
el administrador de la aduana.
“Tanto mi abuelo como mi
tío Gregorio vivieron en los laterales de lo que hoy es
el recinto de la Armada de México, que era la Aduana Marítima de
Veracruz, un palacio ahí, adentro de su palacio”, rememora
Enciso Villarreal, quien también revela que comenzó a ir
a Veracruz de la mano de su abuelo cuando tenía cuatro años de
edad, con el permiso de su madre, una maestra normalista
originaria de Saltillo y su padre, Manuel también, quien se
ganaba la vida como comerciante.
Manuel Enciso
Villarreal inició lo que hoy es el Corporativo Enciso en el año
de 1970, “con dos empleados, el teléfono de la cocina de la casa
de mis padres y una oficina prestada en Veracruz, de
López Hermanos, un agente naviero, y con apoyo del gerente de su
abuelo, quien a su vez fue abuelo de la cantante Yuri, el señor
Canseco”. Y de aquellos dos empleados iniciales y el
apoyo de los otros dos personajes, 50 años después, ya son 494
los que conforman la compañía que tiene oficinas en casi todas
las aduanas del país, “con excelentes socios, agentes
aduanales, de negocios y empleados responsables y leales”.
De
su carrera como dirigente empresarial recuerda que “lo más
hermoso fue a llegar a ser presidente de la Coparmex
Veracruz, no de una comisión sino presidente de Coparmex,
Veracruz, donde para acabar pronto se generaron los primeros y
más importantes nexos de negocios con socios de la
Coparmex Nacional”.
Y de allí surgió más adelante el
Consejo Empresarial de Veracruz, A.C, del que fue presidente
fundador, organismo que posteriormente se convirtió en el
Consejo Coordinador Empresarial de Veracruz. Además,
Enciso Villarreal también presidió la Asociación de Agentes
Aduanales del puerto.
Mientras recuerda todas las
anécdotas desde que realizaban la documentación con espirógrafo,
pasando por el telefax y ahora, ya, mediante la
tecnología digital, dice que han pasado mil historias en el área
de la actividad aduanal que él aprendió con el Código Aduanero y
que hoy es una ley, la cual ha recibido miles de cambios e
interpretaciones.
Con 50 años de trayectoria, Manuel
Enciso Villarreal destaca que ser agente aduanal es una
actividad muy importante para la economía, “más somos número
uno para la salud porque revisamos todo; si viene algún
cargamento de medicamentos primero lo pasamos por rayos
ultravioleta para ver si son buenos o falsos; somos el filtro
para que no pase porquería a México, somos el primer filtro
de seguridad nacional”.
Y también, dice, son “los
primeros recaudadores de impuestos del país; los primeros que
cumplimos los requisitos para tener probidad y liquidar al
Sistema de Administración Tributaria (SAT) todo lo que se
le debe. Todos los días, 24/siete, cuidamos que la gasolina y
el petróleo que entra al país sea originario, que sea
verdaderamente de gente que está autorizada y que el comprador
particular mexicano esté autorizado de poderlas importar”.
Afirma
que la actividad del agente aduanal es una labor social porque
trabajan no sólo “para el gobierno, sino también para el
pueblo, para la seguridad nacional, para la salud” y
agrega que es una actividad que poco se ve en el escenario de la
economía nacional, pero sin duda, importante.
Así,
Manuel Enciso realiza un llamado a que los mexicanos debemos
aprovechar la gran oportunidad que se presenta hoy al país
con el nearshoring o relocalización de las empresas que estaban
en China hacia un sitio más cercano al mayor mercado mundial que
son los Estados Unidos y afirma que la mejor estrategia
es ayudar a crecer a la gente con talento. “Vamos a ser ricos
en el corazón, ricos en la mente, darle de comer a los niños,
luchar por los menores y en lugar de que se nos vayan a
Estados Unidos o a Europa, o a donde sea, impulsarlos aquí,
porque hay recursos para que se queden aquí, sólo hay que
alentarlos”.
En este tenor recuerda que él, a pesar de
haber cursado sus primeros años en una prestigiosa escuela
particular, cursó la educación media superior en la Prepa 5 y la
licenciatura en la UNAM, dos escuelas públicas de las
que se siente orgulloso “de ser puma”.
Y al hablar de talento
recuerda a sus hijos, uno que vive en Vancouver, Canadá, Adrián
David quien a través de su ingenio para los videojuegos
trabaja para empresas japonesas, y Manuel Alexis quien, sin ser
agente aduanal nato, por su capacidad logró conseguir la
patente y hoy es el director general del Corporativo Enciso.
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