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Anualmente se registran más de cinco mil nuevos casos de cáncer
infantil en México.1
Ellas están sanas
físicamente, sin embargo, tienen que acudir al hospital
periódicamente y sienten el dolor físico que el cáncer y su
tratamiento genera en sus hijos, además de llevar a cuestas una gran
carga emocional. Y es que el rol de las madres de los niños
con cáncer
es apoyarlos y ayudarlos en el proceso que deberán seguir desde el
diagnóstico que sacude su corazón, pues al igual que sus pequeños,
ellas también sienten miedo, incertidumbre, impotencia pero además,
tienen la responsabilidad de estar en el camino que el niño tendrá
que seguir ante este reto que la vida le ha puesto enfrente.
No,
ellas no están enfermas, pero hacer frente a la noticia y seguir un
largo sendero hacia la recuperación con obstáculos como el
desabasto de medicamentos, hospitales inhabilitados con tecnología
para detección y atención del cáncer o la falta de profesionales
en el tema -en México sólo existen 135 oncólogos pediatras para
los más de cinco mil casos de cáncer infantil que se registran
anualmente-, es suficiente para honrar a esas mujeres, quienes
representan más del 80% de los acompañantes de los niños con
cáncer y se comprometen con el cuidado de sus hijos.
Por esto, a días
de celebrar el Día Internacional de la Mujer, formalizado por
Naciones Unidas en 1975, es importante destacar la titánica labor
que la madre de un niño con cáncer vive, al tener que atravesar
diversas transformaciones en su dinámica de vida, adaptándose a una
nueva rutina con impacto en su economía y mecánica familiar, pero
que ante la lucha por un hijo, ni el cáncer puede pararlas y que
podría parecer que toman como bandera la frase de la filósofa y
escritora rusa, Ayn Rand: “La
pregunta no es quién va a dejarme; es quién va a detenerme”.
Porque
ante el cáncer, así como el paciente toma fuerza de sí mismo, lo
toma del valor que la madre adquiere para hacer frente y desarmar al
villano de estas historias y la necesidad de alejar la amenaza de la
muerte. En México, cada cuatro horas muere un niño por cáncer,
siendo éste la segunda causa de mortalidad infantil en el país,
según cifras de la Secretaría de Salud.
Adicionalmente,
en países de altos ingresos económicos más de 80% de los niños
con cáncer sobrevive; sin embargo, en países de ingresos medios y
bajos apenas 20% lo logra. México mantiene una tasa de sobrevida de
57%, cifra que no registra avances considerables en los últimos diez
años.2
Y ante este
panorama, hay otras mujeres que se suman y crean estrategias para
acompañar a estas mujeres, como Guadalupe Alejandre, presidenta y
fundadora de la AMANC,
Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer, IAP, quien junto
con otros corazones dispuestos a apoyar, desde hace más de 35 años
ayuda a niños y familias que están haciendo frente al cáncer, con
acompañamiento integral para asegurar tratamientos y cuidados que
eleven su calidad de vida, con trabajo social, psicología, nutrición
y fomentando la inclusión de pacientes, supervivientes y familias
resilientes.
Al igual que estas
mujeres acompañantes de sus hijos, se debe destacar el trabajo
también de aquellas que recargan su fortaleza con el trabajo como el
de la AMANC,
que busca aminorar el precipitado cambio de su realidad, intenta
reconfortar sus corazones durante el camino que recorrerán, y
disminuir su angustia y dolor al sentirse acompañadas y saber que
disponen de recursos para afrontar la enfermedad.
1
Secretaría de Salud
2
Organización Internacional de Cáncer Infantil -CCI-
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Acerca de AMANC
AMANC
brinda apoyo asistencial y de acompañamiento desde 1982, siendo la
primera organización en México y la única con presencia nacional
en contar con un modelo de ayuda integral a niñas, niños y
adolescentes en tratamiento contra el cáncer. El Modelo de
Acompañamiento Integral de AMANC, que se replica en 23 entidades,
contempla apoyos en trabajo social, psicología, nutrición y
desarrollo humano para elevar la calidad de vida y desarrollar
capacidades, con el fin de contribuir a la sobrevida por cáncer.
Con
38 años de labor y una incansable búsqueda de soluciones, AMANC
complementa la atención médica de los hospitales públicos
otorgando medicamentos, para asegurar la continuidad de los
tratamientos. Asimismo, brinda estancia temporal a pacientes y
familiares en los Centros AMANC (15 en el país), así como en
oficinas de enlace en ocho estados.
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