Artesanías: legado familiar, sustento económico y motor de transformación comunitaria
Ciudad de México – En las montañas de Cuetzalan del Progreso, Puebla, mujeres como Leticia Guerra Carrión y María Teresa Gutiérrez Martínez mantienen vivas las tradiciones textiles de su comunidad con cada hebra, cada diseño y cada historia bordada a mano. A través del proyecto Yankuik Xochit Huitzikitzi –que en náhuatl significa “Nueva Flor de Colibrí”– y con el respaldo de FUNDACIÓN ADO, brazo social de MOBILITY ADO, estas artesanas han tejido mucho más que prendas: han tejido oportunidades.
Leticia y Teresa son parte del grupo de mujeres que conforman esta Empresa Social de Mujeres Artesanas, donde confluyen técnicas ancestrales como el pepinado, el tallado de bambú, el uso de fibras naturales y la representación de la fauna local en sus piezas: colibríes, guajolotes, búhos, mariposas, perros y gatos se transforman en blusas, tortilleros, pulseras, monederos y fajas. Pero más allá del objeto final, cada pieza representa un acto de resistencia cultural.
“Mi mamá me dijo: 'Así como yo te enseñé, tú también vas a enseñar a tu hija’”, recuerda Leticia sobre cómo la tradición se transmite de generación en generación. Hoy, su hija de 13 años ya borda junto a ella, y su hijo elabora tortilleros que vende con orgullo. Para ellas, la artesanía no es solo una labor creativa, sino una herramienta concreta de sustento familiar y empoderamiento.
Sin embargo, no todo es sencillo. Los pedidos con fechas límite pueden representar una fuente de estrés, especialmente cuando se compagina el trabajo artesanal con la maternidad. “A veces me preocupa que no alcancemos a terminar. Pero trabajamos en equipo, entre compañeras, y eso ayuda mucho”, señala Teresa. Para ambas, la conciliación entre el rol de madres y artesanas ha sido posible gracias a una red de apoyo entre mujeres y al acompañamiento de FUNDACIÓN ADO.
Esta alianza les ha brindado fortalecimiento en corte y confección, en creación de nuevos diseños, en invitaciones para acudir a ferias dónde podemos comercializar los productos directamente con los clientes, sin intermediarios y con precios justos, y la implementación de talleres para nutrir sus técnicas y conocimientos, y –lo más importante– acceso a un mercado justo que valora su trabajo. “Gracias a la fundación, ya no tengo que preocuparme por la asistencia a las ferias. Eso me permite seguir aprendiendo, y también enseñar a otras compañeras”, comparte Leticia.
El traje tradicional y el uso de la lengua náhuatl son pilares de identidad para estas mujeres. Su trabajo no solo preserva la memoria de sus abuelas y bisabuelas, sino que también invita a sus hijas e hijos a caminar con orgullo por ese mismo sendero, sin renunciar a sus sueños de educación y desarrollo profesional.
“Queremos que nuestras hijas estudien, sí, pero también que valoren este legado. Que sepan que esto también es trabajo digno”, explica Teresa. Y más allá de sus hogares, ambas hacen un llamado a otras mujeres: “A veces sufrimos violencia o no nos dejan salir. Pero la artesanía nos da fuerza, independencia, y nos une. Que no se rindan. Que trabajen. Que se apoyen entre ellas”.
Este testimonio colectivo es un recordatorio de que cuando una mujer borda, no solo cose hilos: entreteje historia, identidad y futuro. Y que el impulso de lo artesanal no es solo un gesto de admiración estética, sino un acto profundo de transformación social.
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Acerca de FUNDACIÓN ADO
FUNDACIÓN ADO es el brazo social de MOBILITY ADO®.
Desde la creación de FUNDACIÓN ADO, formalizamos nuestro compromiso por invertir en el desarrollo de las comunidades del Sur, Golfo y Sureste de México. Para continuar transformando la realidad de forma sostenible, se trabaja en colaboración con actores del sector social.
Actualmente tenemos una ruta trazada con el propósito de impactar positivamente en el cambio económico, social y ambiental por medio de proyectos sociales, que benefician la calidad de vida y el desarrollo de las comunidades vulnerables en el país.
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