La historia de México es la historia de la tensión permanente entre el impulso centralista y el federalista. En las últimas décadas, México ha buscado construir un federalismo que equilibre al Gobierno Federal y las entidades federativas, y que haga más eficiente el uso de los recursos públicos.
El federalismo
mexicano no ha logrado consolidarse. Esto se debe a que cada nuevo
gobierno actualiza la tentación de implementar prácticas
centralistas, aunado a la incompetencia de los gobiernos locales para
cumplir con sus tareas.
La importancia del
Pacto Federal es innegable. Contribuye a la colaboración entre los
tres niveles de gobierno e impulsa mecanismos de transparencia,
rendición de cuentas y estabilidad en las finanzas públicas.
En Coparmex siempre
hemos pugnado por un Federalismo pleno, a partir de la adecuada
división de competencias, la transferencia de facultades y la
asignación eficiente de recursos que permitan una coordinación
efectiva entre los tres niveles de gobierno.
Hoy debemos llamar
la atención sobre la imposición, por parte del actual gobierno, de
un Modelo Neo Centralista, que pone en riesgo los avances en materia
de federalismo de las últimas décadas. Un modelo que privilegia la
concentración de poder en menoscabo de la participación
democrática.
Contexto actual
Un siglo después
aún no hemos logrado consolidar un modelo federalista pleno. A lo
largo de este tiempo, muchos juristas se refirieron a facultades
exclusivas y concurrentes para deslindar lo federal y lo estatal, sin
embargo, en la práctica la preponderancia de lo federal ha sido
contundente. Lo que sí se propició fueron estructuras burocráticas
paralelas.
A los muchos
problemas que enfrenta el México de hoy, debemos sumar el del Modelo
Neo Centralista que desde la administración actual se intenta
imponer. Esto ha despertado en nosotros una enorme preocupación ya
que pone en riesgo los avances en materia de federalismo alcanzados
en las últimas décadas.
Una muestra de este
Modelo la encontramos en el Paquete Económico 2020. La observamos en
la caída en términos reales del 0.1% en el Gasto Federalizado,
respecto al Presupuesto de Egresos de la Federación 2019, y en el
nombramiento y ejercicio de los súper-delegados, que comprometen la
soberanía, la libertad y el pleno desarrollo de las entidades
federativas.
Frente al nuevo
Modelo Neocentralista, espejo de la concentración de poder
característica del presidencialismo de nuevo cuño, debemos impulsar
el federalismo. A nadie conviene la concentración de poder, ya que
multiplica las posibilidades de cometer errores. Menos aún la
concentración en el centro en menoscabo de las facultades de los
estados. El Federalismo como freno al Neocentralismo.
Los principales
retos del Federalismo en la actualidad son:
1. Ayudar a reducir
las desigualdades regionales entre los estados del Norte y el Bajío,
y los del Sur y el Sureste del país. Para ejemplificarlo solo basta
observar algunas cifras:
Pobreza.- De acuerdo
con la última medición de pobreza extrema a nivel estatal (2018),
en México conviven entidades como Nuevo León –con 1% de pobreza
extrema– con estados como Chiapas, con 30% de su población
viviendo en dicha condición.
Crecimiento
económico.- Por un lado, hay cuatro estados que han crecido en
promedio 4%, en los últimos cinco años; por otro lado, hay tres
estados (Campeche, Tabasco, Chiapas) que han decrecido en el mismo
periodo.
Estructura del
mercado laboral: Las condiciones laborales en los estados son muy
distintas e inciden en las decisiones de inversión. En Baja
California Sur casi 2 de cada 3 mujeres participan en el mercado
laboral, mientras que en Chiapas solo 1 de cada 3 lo hacen. En cuanto
a la productividad laboral, en la CDMX se produce 5 veces más que en
Chiapas por una hora de trabajo.
2. Reducir la
dependencia fiscal de los estados con la Federación.
El proceso de
federalización en México, en materia fiscal, tiene un serio
problema de diseño. En los últimos 25 años, los estados han ido
teniendo mayores potestades para decidir cómo utilizar los recursos,
pero no la obligación de recaudarlo. Considerando datos de 2018, más
del 90% de los ingresos presupuestarios de siete estados provinieron
de las aportaciones y participaciones federales.
La creciente
dependencia que tienen los ingresos de los estados del gasto
federalizado ha generado incentivos perversos: los estados incurren
en proyectos de gasto poco productivo y han incrementado los riesgos
de sostenibilidad de las finanzas estatales.
El México del siglo
XXI requiere de la mejor versión de nuestro federalismo, con
entidades fuertes en recursos y facultades. Y un Gobierno Federal que
articule los esfuerzos en favor del país.
Tenemos que
preservar la coordinación fiscal como instrumento clave para
fortalecer nuestro federalismo, promover el crecimiento y asegurar el
desarrollo de largo plazo. Si queremos transformar a México debemos
crear capacidades institucionales en las entidades para facilitar la
inversión física y detonar el desarrollo de largo plazo.
Igualmente, los estados deben aprovechar sus capacidades
recaudatorias para ayudar a combatir la informalidad en la economía.
Estamos convencidos
de que, con un renovado federalismo, es posible fortalecer al Pacto
Federal y, con ello, potenciar el desarrollo de México.
Nuestras propuestas
para impulsar el Federalismo son:
1. Consideramos que
es tiempo de reflexionar en una Reforma de gran calado que involucre
cambios a nuestra Constitución Política. El derecho puede ser un
instrumento de cambio pero si los órganos encargados de elaborarlo
no perciben con oportunidad las necesidades de su tiempo, el derecho
puede convertirse en un obstáculo del cambio. Eso es lo que sucede
en México. Se ha profundizado la brecha entre México real y el
México legal.
2. En Coparmex
creemos que es momento de llevar a cabo una verdadera Convención
Nacional Hacendaria, para alcanzar acuerdos en tres dimensiones: uno,
la redefinición de las competencias tributarias; dos, lograr una
nueva legislación fiscal tanto a los impuestos directos como los
indirectos; y tres, actualizar la fórmula del egreso.
Estamos convencidos
de que con un renovado federalismo es posible fortalecer al Pacto
Federal y, con ello, potenciar el desarrollo de México.
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