Por Dr. David Heber, M.D., PhD, FACP, FASN – Presidente del Instituto de Nutrición Herbalife
Lo
más preocupante es que, si bien sabemos que COVID-19 forma parte de una
gran familia de virus que incluyen el Síndrome Respiratorio de Oriente
Medio (MERS-CoV) y el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS-CoV), hay
muchos rasgos de este virus que aún no hemos descubierto, como la
dinámica de transmisión. Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS), las primeras vacunas COVID-19 podrían tardar hasta 18 meses en ponerse a disposición del público.
Sólo
un medicamento aprobado puede tratar, curar o prevenir la transmisión
de COVID-19 y otras enfermedades. En ausencia de cualquier vacuna hasta
la fecha, lo que debemos hacer como medidas prácticas de prevención, es
mantener una higiene adecuada, usar cubrebocas cuando sea necesario o
mantener distanciamiento social. También lo que nos puede ayudar en este
momento es mantener nuestro cuerpo fuerte, para que nuestro sistema
inmune funcione bien.
Nuestro
sistema inmunológico es una de las formas más eficaces de defensa
contra las infecciones virales. Hay dos categorías de funciones
inmunitarias en el cuerpo de todos: la inmunidad innata
que impide que las enfermedades entren en el cuerpo y la inmunidad
adaptativa que elimina o previene el crecimiento de patógenos, como
virus y bacterias, en nuestro cuerpo.
Sin
embargo, aumentar la inmunidad del cuerpo no es tan sencillo como
parece. Sigue existiendo mucho sobre el sistema inmunológico que los
investigadores todavía están trabajando para entender, pero lo que sí
sabemos es la conexión tangible entre el sistema inmunológico y la nutrición.
Cómo la nutrición afecta el sistema inmunitario del cuerpo
Para
entender cómo la nutrición y la dieta afectan el sistema inmunitario de
un individuo, necesitamos profundizar en el papel de la epigenética: el
estudio de los mecanismos biológicos que encienden y desactivan
nuestros genes.
Si bien la idea de la epigenética puede parecer compleja, considere el ejemplo de las abejas. A
pesar de tener la misma secuencia de ADN, las abejas producen tres
organismos diferentes (trabajadores, zánganos y reinas) y esto depende
de la dieta que se alimentan de las larvas. Esto demuestra que
mientras que todas las abejas trabajadoras nacen con la capacidad
genética de convertirse en reinas, la dieta de los trabajadores
finalmente afecta la forma en que sus genes se expresan y manifiestan
físicamente.
En
la misma línea, mientras que todos los seres humanos son un 99,9%
genéticamente idénticos, la epigenética nos hace únicos por las
diferentes combinaciones de genes que se encienden y apagan, lo que
explica por qué algunos de nosotros tenemos el pelo rojo y otros negros,
o por qué algunos tenemos piel más oscura o clara.
Lo
que comemos, dónde vivimos, cuánto dormimos, cómo hacemos ejercicio, e
incluso con quién vivimos, causa reacciones químicas que pueden alterar
nuestro estado de salud. A la mezcla se suma nuestro microbioma, que son
los microorganismos de los que dependemos para protegernos de los
gérmenes, descomponer los alimentos para obtener energía, producir
vitaminas vitales y reforzar nuestro sistema inmunológico.
La
mayor parte del sistema inmunitario - aproximadamente el 70% de él - se
encuentra cerca de los intestinos, lo que controla la ingesta de
alimentos y cómo el cuerpo lo utiliza. Esto hace que sea fundamental
para el sr humana consumir una dieta equilibrada con las vitaminas,
minerales y nutrientes adecuados, mientras mantenemos un estilo de vida
saludable. Esto requiere algo más que solo cambiar la ingesta de uno o
dos nutrientes, si no implica equilibrar toda la dieta para garantizar
que haya una ingesta óptima de nutrición a nivel celular.
Cuatro grupos esenciales de nutrientes para ayudar a las personas a fortalecer su sistema inmunitario
1. Proteína
También
conocida como los bloques básicos del cuerpo, la proteína le permite al
cuerpo fabricar anticuerpos que necesita para defenderse contra virus y
bacterias invasoras. Para garantizar que tenemos niveles suficientes de
proteínas en nuestra dieta, podemos comer alimentos con proteínas más
saludables como pescado, pollo, carnes magras, alimentos de soya y
productos lácteos bajos en grasa.
2. Vitaminas y fitonutrientes
Las
vitaminas A y C, así como los fitonutrientes son jugadores clave en la
salud del sistema inmunológico. Como uno de los mayores estimulantes del
sistema inmunitario, la vitamina C ayuda a nuestro cuerpo a producir
anticuerpos que combaten enfermedades. Es esencial mantener una ingesta
diaria de vitamina C ya que el cuerpo no la produce ni la almacena. La
vitamina A apoya la salud de nuestra piel, los tejidos de nuestro tracto
digestivo y el sistema respiratorio.
Los
fitonutrientes, que se encuentran en las frutas y verduras, reducen el
estrés oxidativo de nuestro cuerpo, lo que puede debilitar su capacidad
para combatir enfermedades. Se ha demostrado que varios fitonutrientes
reducen el riesgo de cáncer y enfermedades cardiovasculares, combaten la
inflamación, reduce la presión arterial, y mejoran la salud general de
nuestro sistema inmunitario.
3. Probióticos y prebióticos
El
sistema digestivo desempeña un papel central en el apoyo de la función
inmune. El tracto intestinal es vía principal de contacto con el
ambiente externo y es una vía que contiene microbiomas que ayudan a la
digestión, así como a la absorción de nutrientes. Tener las bacterias
intestinales correctas se ha asociado con beneficios como pérdida de
peso, una mejor digestión, una piel más saludable, y lo más importante
una función inmune mejorada, aunque la investigación en estas áreas no
es concluyente ni universalmente aplicable.
Los
estudios han demostrado que los probióticos, que son 'bacterias
buenas', son útiles para mantener el sistema digestivo, y los
prebióticos, tipos de fibra que el cuerpo humano no puede digerir,
sirven como alimento para estos probióticos.
4. Ácidos grasos Omega-3
Los
ácidos grasos omega-3, como DHA y EPA, son tipos de grasa saludables y
esenciales que se pueden encontrar en alimentos, como la semilla de chía
y suplementos como el aceite de pescado. Los ácidos grasos Omega-3
pueden mejorar las funciones de las células inmunes, que desempeña un
papel importante en el sistema innato como en el adaptativo que responde
a las infecciones.
La
nutrición no sustituye a un medicamento eficaz, y no evitará que
contraiga COVID-19 u otras enfermedades. Sin embargo, mantener un
sistema inmunitario fuerte, es algo que todas las personas sanas pueden
hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario