El pasado 13 de agosto, un gran
dispositivo policiaco conformado por más de cien elementos de la policía
municipal de Texcoco, fuertemente armados, arribó intempestivamente a plena luz
del día, a las once de la mañana, a la Plaza Jardín del centro, lo que dio la
impresión, a simple vista, de que iban decididos a la captura de algún
peligroso grupo de delincuentes, traficantes de drogas, secuestradores, o algo
por el estilo. Pero ¡oh sorpresa!, tan aparatoso operativo no iba tras los
huesos de ningún capo, sino que, ante los ojos estupefactos de la ciudadanía
que circulaba por el jardín, los señores “guardianes del orden” encapsularon
primero y arremetieron después, en contra de 19 modestos comerciantes semifijos
que venden desde hace 15 años unos, y 35 años otros, gelatinas, hamburguesas,
hot dogs, churros, frituras, tacos, paletas de hielo, nieves y repostería, en
suma, todos aquellos alimentos y golosinas que acostumbra consumir
tradicionalmente el pueblo texcocano en sus ratos libres y de esparcimiento.
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