La inmensa riqueza espiritual que
engendra la música por sí misma, termina por vencer la pobreza material. Desde
que el niño asume un instrumento como un maestro, deja de ser un niño pobre
para ascender a un nivel profesional de acción que lo convierte en un ciudadano
pleno.
Consciente de la función
preventiva que la música puede tener contra todo aquello que degrada la vida de
los niños, el Bud Light Hellow Festival se complace en anunciar el convenio de
colaboración con El Sistema México, una fundación con fines no lucrativos con
base en la ciudad de Monterrey, que promueve en los alumnos los valores de
disciplina, autoestima, superación, compromiso y trabajo en equipo.
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