jueves, 8 de mayo de 2025

Salud mental en niños: señales, pasos y apoyo profesional

 




Cada mes de mayo, se conmemora el mes de Concientización sobre la Salud Mental, y una de las áreas que más requiere visibilidad y comprensión es la salud mental infantil. En un entorno donde las emociones, el comportamiento y las relaciones sociales de los niños están en constante evolución, es vital reconocer cuándo las señales dejan de ser parte del desarrollo típico y se convierten en una alerta.

Es perfectamente normal que los niños enfrenten momentos de tristeza, enojo, frustración o distracción. Estas emociones forman parte de su crecimiento. No obstante, cuando estos estados emocionales se prolongan durante semanas o interfieren con su funcionamiento cotidiano en el hogar, la escuela o con sus amigos, es momento de considerar apoyo profesional.

“Muchos trastornos de salud mental, como la ansiedad o el TDAH, pueden comenzar a manifestarse desde etapas tempranas de la vida. Estar atentos a estas señales y actuar a tiempo marca una gran diferencia en el desarrollo emocional y social del niño”, explica Claudia Medeiros, directora de Autism Center Mexico City (ACMC) y psicóloga especializada en infancia.

¿Qué hacer si se observan cambios preocupantes?
El primer paso es abrir el diálogo con personas cercanas al niño (maestros, cuidadores o familiares) que puedan aportar una visión complementaria sobre su comportamiento. Posteriormente, consultar con el pediatra es clave para distinguir entre conductas propias de la edad y posibles indicadores de un trastorno.

En casos donde se presentan conductas severas como autolesiones o agresiones, es fundamental buscar ayuda inmediata con un profesional de salud mental.

Importancia de una intervención temprana
Iniciar un tratamiento en etapas tempranas permite dotar al niño de herramientas para gestionar sus emociones, disminuir síntomas y mejorar sus relaciones sociales. Además, fortalece la autoestima y previene complicaciones a futuro.

¿Cómo es el proceso terapéutico?
Generalmente, comienza con una entrevista con los padres o cuidadores para explorar las preocupaciones principales y el entorno del niño. También puede implicar la participación de maestros, una evaluación formal o la observación directa del menor. La participación activa de la familia es fundamental durante todo el proceso.

Preguntas clave que los padres pueden hacer

  • ¿Utiliza terapias basadas en evidencia científica?

  • ¿Cuál será nuestro rol como padres durante el tratamiento?

  • ¿Habrá tareas o ejercicios para casa?

  • ¿Cómo se medirá el progreso?

  • ¿Cuánto tiempo tomará ver resultados?

El trabajo conjunto entre padres, docentes y especialistas en salud mental es esencial. Implementar estrategias coherentes en casa, la escuela y otros entornos favorece el desarrollo integral del niño y mejora los resultados del tratamiento.

Este mes, es momento de romper estigmas, abrir espacios de conversación y reforzar el compromiso con el bienestar emocional de la niñez. Estar atentos, actuar con empatía y buscar ayuda profesional cuando sea necesario es una forma poderosa de cuidar el presente y el futuro de nuestros niños.

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