jueves, 22 de mayo de 2025

La depresión postparto: una realidad que no debe silenciarse

La llegada de un bebé suele ser uno de los momentos más felices en la vida de una mujer. Sin embargo, para muchas madres también, este periodo puede venir acompañado por emociones más fuertes como: sensación de profunda tristeza, ansiedad, sentimientos de culpa, falta de conexión, entre otras, que suelen sentirse “contradictorias” a las emociones de “felicidad total” de las que todos hablan, previo al nacimiento del bebé. 

La depresión postparto es una condición emocional y psicológica que afecta aproximadamente a 2 de cada 10 mujeres después del nacimiento de su hijo, y actualmente sigue siendo ampliamente invisibilizada por la sociedad. No tiene una única causa, es el resultado de una compleja interacción de factores hormonales, psicológicos, sociales y emocionales, los cambios drásticos en los niveles de estrógeno y progesterona después del parto, el agotamiento físico, el dolor, la falta de sueño que aumenta el cansancio, las expectativas irreales sobre la maternidad y, en muchos casos, la ausencia de apoyo, pueden detonar una crisis emocional profunda.



A esto se suma el “peso” impuesto muchas veces por la propia familia y la sociedad en general, la obligación de “sentirse feliz tras el parto” lo que lleva a muchas mujeres a reprimir sus emociones por miedo a ser juzgadas o incomprendidas.

Es por esto mismo que uno de los factores más importantes para cualquier nueva mamá, es contar con una red sólida de apoyo. La presencia activa de la pareja, familiares o amistades puede marcar la diferencia entre sentirse completamente sola o percibirse acompañada en uno de los momentos más vulnerables de la vida.

Algunas acciones que validan a mamá durante su nuevo proceso son: brindarle contención emocional, ayudar o delegar las tareas del hogar, encontrar oportunidades por breves que sean para su descanso o simplemente escucharla sin juzgar. En este proceso la contención emocional es clave, no basta solo con ofrecer ayuda práctica: aunque es fundamental, también es necesario acompañar desde la empatía. Validar lo que siente la mujer en el posparto es clave para que no se sienta juzgada o sola. Frases como “deberías estar feliz” o “todas pasamos por eso, no te quejes” minimizan su experiencia y pueden aislarla aún más. Muchas mujeres, además, no cuentan ni siquiera con apoyo práctico y deben hacerse cargo solas del recién nacido, de la casa y, a veces, de otros hijos. Por eso, el acompañamiento emocional es tan necesario como el apoyo en las tareas cotidianas, asegura Tania Trueba psicóloga perinatal de Plenna.



La depresión postparto existe y definitivamente no se cura sola, al ser una condición clínica, debe ser propiamente diagnosticada y tratada por un especialista en salud mental con enfoque perinatal. La atención temprana de la misma, permite disminuir el impacto en la madre, el vínculo con su bebé y la dinámica familiar.

Concientizar sobre la depresión postparto es una tarea urgente. Como lo es también acudir con un psicólogo, psiquiatra o terapeuta especializado en caso de sentirse vulnerable en esta etapa, es importante derribar mitos, dejar de “romantizar” la maternidad y crear espacios seguros para que las madres puedan expresarse sin miedo ni culpa en cualquier etapa.

Cuidar la salud mental materna es cuidar también a los niños y niñas. Escuchar, acompañar y actuar a tiempo puede salvar vidas.

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