1. LUGAR, FECHA Y ASISTENTES 1.1. Lugar: Reunión celebrada por enlaces virtuales. 1.2. Fecha de la sesión de la Junta de Gobierno: 21 de junio de 2023. 1.3. Asistentes: •Victoria Rodríguez Ceja, Gobernadora. •Galia Borja Gómez, Subgobernadora. •Irene Espinosa Cantellano, Subgobernadora. •Jonathan Ernest Heath Constable, Subgobernador. •Omar Mejía Castelazo, Subgobernador. •Rogelio Eduardo Ramírez de la O, Secretario de Hacienda y Crédito Público. •Gabriel Yorio González, Subsecretario de Hacienda y Crédito Público. •Elías Villanueva Ochoa, Secretario de la Junta de Gobierno. Se hace constar que en fechas anteriores a la celebración de esta sesión, se desarrollaron trabajos preliminares en los que se analizó el entorno económico y financiero, así como la evolución de la inflación, sus determinantes y perspectivas (ver anexo). 2. ANÁLISIS Y MOTIVACIÓN DE LOS VOTOS DE LOS MIEMBROS DE LA JUNTA DE GOBIERNO Entorno Externo La mayoría señaló que la actividad económica mundial ha seguido recuperándose, si bien con heterogeneidad entre países. Destacó que en Estados Unidos la actividad económica ha continuado mostrando resiliencia. Indicó que, en cambio, el crecimiento de China ha resultado por debajo de lo esperado. Uno consideró que la recuperación económica global ha sido atípica. Enfatizó que sigue observándose un rebalanceo entre los componentes del gasto agregado, así como un menor desequilibrio entre oferta y demanda en la economía mundial. La mayoría resaltó la fortaleza del mercado laboral en Estados Unidos. Algunos comentaron que esto también se observa en otras economías avanzadas. Uno opinó que la solidez de la actividad económica y del mercado laboral a nivel global se observa aun ante condiciones de liquidez apretadas y factores de incertidumbre. La mayoría afirmó que las perspectivas de crecimiento mundial para 2023 siguen apuntando a una desaceleración, aunque menor a la anteriormente prevista. Agregó que se anticipa un ligero repunte en la actividad para 2024. Uno añadió que, en este contexto, se espera una moderación en los mercados laborales mundiales. Algunos consideraron que en ciertas economías existe la posibilidad de una recesión, si bien moderada y de corta duración. Uno opinó que la resiliencia de la economía estadounidense ha resultado en mejoras en las previsiones de crecimiento en América Latina. Comentó que también se espera un mejor desempeño económico en la zona del euro, mientras que se prevé menor crecimiento en Asia. Otro agregó que indicadores oportunos apuntan a una mayor expansión de los servicios en comparación con las manufacturas. Entre los riesgos al crecimiento económico global, algunos notaron que prevalece un ambiente de tensiones geopolíticas y de fragmentación económica. Uno puntualizó que ello ha impulsado la relocalización de las cadenas productivas. En este sentido, opinó que los choques derivados de la pandemia y del conflicto geopolítico en Ucrania, además de sus efectos de corto plazo, también podrían tener implicaciones de largo plazo. Otro destacó el riesgo asociado con condiciones financieras más apretadas. Todos apuntaron que la inflación general continuó disminuyendo en la mayoría de las economías. La mayoría atribuyó esta reducción a las menores presiones sobre los precios de energéticos y alimentos. Sin embargo, todos advirtieron que permanece en niveles elevados. Uno agregó que permanece aún por encima de los objetivos de los bancos centrales. La mayoría destacó que el componente subyacente ha mostrado resistencia a disminuir. Uno señaló que el componente subyacente a nivel global permanece en niveles cercanos al doble de las metas de los bancos centrales. Otro estimó que su descenso será muy gradual. Señaló que en varias economías la inflación de servicios sigue mostrado afectaciones, destacando la tendencia al alza del rubro de vivienda en Estados Unidos. Uno enfatizó que la inflación subyacente en algunas economías aún presenta inclusive una tendencia ascendente. Otro explicó que durante los procesos desinflacionarios no necesariamente se observa una reducción en línea recta de la inflación, sino que pueden presentarse fluctuaciones, las cuales dificultan la identificación de su tendencia. Ejemplificó lo anterior con los casos de Canadá, Japón y Estados Unidos, para los que en el mes de abril se registró un repunte de la inflación general, si bien moderado, con respecto al dato del mes previo. Consideró que no puede descartarse que los efectos de los choques sobre los precios sean más duraderos o que se agudicen, lo que podría implicar retrasos en la convergencia de la inflación a su meta. La mayoría destacó que algunas autoridades monetarias de economías avanzadas, después de haber mantenido sin cambios su tasa de referencia, volvieron a incrementarla. Uno observó que, si bien el ciclo de apretamiento monetario mundial ha mostrado cierta similitud entre distintas economías, hacia delante se espera mayor heterogeneidad en su ritmo de moderación. Puntualizó que ello obedece a la evolución desigual de la inflación subyacente, así como a las diferencias en la temporalidad de los respectivos ciclos monetarios, habiendo comenzado las economías avanzadas su ciclo alcista después que diversas emergentes. Algunos indicaron que, en general, los bancos centrales continúan señalando que las tasas deberán mantenerse en niveles elevados por un periodo prolongado. La mayoría mencionó que, ante la complejidad del entorno inflacionario, se registró un incremento en la trayectoria esperada de las tasas de referencia de los bancos centrales de economías avanzadas. Asimismo, notó la menor probabilidad de observar recortes este año. La mayoría comentó que en su última reunión la Reserva Federal mantuvo sin cambio el rango objetivo para la tasa de fondos federales. Uno argumentó que el presidente de esta institución descartó recortes en 2023 y que, en cambio, señaló que estos comenzarían a evaluarse solo una vez que la inflación haya disminuido significativamente. La mayoría subrayó que la mediana de las proyecciones de sus miembros sugiere que podrían aumentar la tasa en 50 puntos base en la segunda mitad del 2023. Uno mencionó que la Reserva Federal ahora espera que la economía estadounidense se muestre más resiliente, al tiempo que anticipa una mayor inflación subyacente para el cierre de este año. La mayoría resaltó el buen comportamiento de los mercados financieros internacionales. Atribuyó este desempeño a un mayor apetito por riesgo tras la suspensión de la aplicación del límite del techo de endeudamiento en Estados Unidos, así como a la percepción de menores riesgos en su sector bancario. Algunos añadieron que a ello también contribuyó la expectativa de que el ciclo alcista de los principales bancos centrales esté próximo a concluir. Uno opinó que la probabilidad de que se materialice un evento de riesgo sistémico ha disminuido. La mayoría comentó que la menor aversión al riesgo se reflejó en ganancias en los principales índices accionarios. Uno señaló que de forma más notoria esto se observó en las acciones del sector de tecnología. Destacó que las tasas de interés aumentaron en las principales economías. Otro precisó que el incremento de las tasas de corto plazo se debió a la reafirmación del tono restrictivo por parte de los principales bancos centrales. Uno notó que en los mercados cambiarios se observó un comportamiento diferenciado por región, registrándose las mayores apreciaciones en las monedas de América Latina. Otro detalló que los flujos hacia economías emergentes mostraron entradas en renta variable y salidas en renta fija. Opinó que si bien aumentó el apetito por riesgo, las perspectivas para los mercados financieros todavía son negativas, dado el ambiente de incertidumbre y la expectativa de una desaceleración económica. Actividad Económica en México La mayoría señaló que la actividad económica nacional ha mostrado resiliencia ante un entorno externo complejo. Uno detalló que el PIB del primer trimestre de 2023 sorprendió al alza. Otro comentó que la información disponible sugiere que la actividad económica habría crecido en abril, apoyada por el sector manufacturero y cierta reactivación de las actividades terciarias. La mayoría notó que algunos indicadores oportunos apuntan a una desaceleración en el segundo trimestre. Uno opinó que el balance de riesgos para el crecimiento se encuentra más equilibrado, debido a que algunos riesgos al alza, como la resiliencia de la economía de Estados Unidos, han cobrado mayor relevancia. Algunos señalaron que en abril de este año la producción industrial registró un repunte, después de la contracción registrada el mes previo. Uno advirtió que desde una perspectiva de mediano plazo esta aún muestra atonía y no presenta un cambio de tendencia desde el segundo semestre de 2022. Otro comentó que las manufacturas exhibieron cierta recuperación en abril y que el componente de equipo de transporte ya alcanzó sus niveles pre-pandemia, si bien otros rubros de la producción industrial exhibieron disminuciones en el margen. Algunos resaltaron que se aprecian señales de una pérdida de dinamismo en la producción manufacturera. Uno añadió que la minería muestra indicios de desaceleración. En relación con el sector de los servicios, algunos destacaron su crecimiento durante el primer trimestre del año. Sin embargo, uno subrayó que solo el 30% de sus subsectores registraron una dinámica claramente positiva durante ese periodo. Otro notó el dinamismo que ha mostrado el componente de alojamiento y preparación de alimentos, el cual está por alcanzar su nivel pre-pandemia. Indicó que los rubros que han tenido una recuperación más rápida desde la pandemia son aquellos que se pueden asociar en mayor medida al sector industrial. Algunos enfatizaron que la demanda interna ha seguido creciendo, si bien uno consideró que ha sido a un ritmo poco significativo. La mayoría indicó que al cierre del primer trimestre del año el consumo privado continuó expandiéndose, apoyado principalmente por el rubro de bienes importados. Uno opinó que el consumo de servicios muestra atonía. Otro señaló que en marzo su crecimiento mensual fue marginal, pero enfatizó que en términos anuales registró un crecimiento elevado. Destacó que el Indicador Oportuno de Consumo Privado apunta a que este siguió creciendo durante el bimestre abril-mayo, aunque con cierta moderación en el margen. Uno apuntó que indicadores adelantados, como los índices basados en búsquedas por internet, sugieren que el consumo de servicios se moderará. Respecto de la inversión, la mayoría subrayó que continuó creciendo en marzo, impulsada principalmente por el gasto en maquinaria y equipo. Sin embargo, señaló que la construcción ha seguido exhibiendo debilidad. Uno atribuyó lo anterior a la tendencia decreciente en la inversión residencial. Otro enfatizó que, ante las oportunidades de relocalización de las cadenas productivas, es necesario que se implementen políticas públicas y fiscales que propicien un ambiente favorable para la inversión privada y que la inversión pública se enfoque en la provisión de la infraestructura necesaria para atraer inversiones. En cuanto al sector externo, la mayoría señaló que el valor de las exportaciones manufactureras disminuyó en abril como resultado de una caída en el rubro automotriz. Uno explicó que lo anterior reflejó una caída en el volumen exportado y no en los precios. Algunos destacaron que las exportaciones no automotrices dirigidas a Estados Unidos continuaron creciendo, manteniéndose en niveles elevados. Uno advirtió que hacia delante continúa la expectativa de una moderación en la demanda externa. Todos señalaron que el mercado laboral continúa mostrando fortaleza. Destacaron que la tasa de desempleo se ubica en mínimos históricos. Algunos mencionaron que la tasa de participación laboral siguió aumentando. Uno subrayó que el número de trabajadores afiliados al IMSS continuó expandiéndose. Otro añadió que el número de vacantes disponibles aumentó. Comentó que esto suele estar relacionado con choques positivos de actividad, más que con una reasignación sectorial. En este contexto, la mayoría consideró que el mercado laboral muestra señales de apretamiento. Algunos notaron que la brecha de desempleo es negativa, es decir, que la tasa de desempleo abierto es menor que la estimación de la tasa de desocupación que no acelera la inflación (NAIRU). Uno agregó que dicha brecha parece ser negativa incluso cuando se emplea una métrica que incluye a la población inactiva pero disponible para trabajar. Otro observó que la tasa de ocupación está creciendo por encima de la tasa de participación laboral, lo cual en el pasado ha coincidido con una brecha del producto positiva. La mayoría resaltó la magnitud relativamente alta de las revisiones salariales. Uno reiteró que en mayo las variaciones anuales de los salarios contractuales y de los correspondientes a los trabajadores asegurados en el IMSS se mantuvieron en niveles elevados. Otro apuntó que la tasa trimestral anualizada de los salarios promedio extraídos de la ENOE aceleró su crecimiento durante el primer trimestre del año. Finalmente, uno añadió que la masa salarial crece a un ritmo no visto en mucho tiempo y que algunos miembros del sector empresarial perciben cierta escasez de mano de obra. La mayoría sostuvo que la estimación de la brecha del producto continúa cerrándose. Algunos puntualizaron que esta no es estadísticamente distinta de cero. Uno expresó que espera que continúe cercana a cero durante este y el próximo año. Otro advirtió que el PIB ha crecido a un menor ritmo que el empleo, lo que abre interrogantes con respecto al efecto que los choques experimentados han tenido sobre la productividad factorial del país. Inflación en México Todos destacaron que desde la última reunión de política monetaria la inflación general anual siguió descendiendo, si bien aún se sitúa en niveles altos. Mencionaron que en la primera quincena de junio se ubicó en 5.18%. Uno subrayó que la inflación general acumula más de cuatro meses consecutivos con reducciones. Otro comentó que continúa en la ruta hacia la convergencia. Uno resaltó que varias medidas de tendencia central muestran disminuciones generalizadas. Añadió que hay una alta probabilidad de que actualmente la dinámica de precios no corresponda a la de un régimen de inflación elevada. Todos señalaron que la disminución de la inflación general ha obedecido, fundamentalmente, a la evolución del componente no subyacente y, en menor medida, a la reducción del subyacente. Uno detalló que de los 3.52 puntos porcentuales en que descendió la inflación general de agosto de 2022 a la primera quincena de junio, alrededor del 75% se atribuye a la caída del componente no subyacente, el cual se redujo 10.6 puntos porcentuales durante ese periodo. Agregó que el componente subyacente a la fecha ha disminuido poco más de 1.5 puntos porcentuales desde su nivel máximo en noviembre de 2022. Otro externó que el proceso desinflacionario tendrá dos etapas. La primera, en la que se observen disminuciones de la inflación aún ubicándose en niveles elevados y, la segunda, donde se consolide en niveles consistentes con su meta. Apuntó que en la primera fase habrá heterogeneidad en la velocidad de reducción de los componentes del INPC, por lo que es probable que algunos de estos tengan observaciones relativamente elevadas. Todos comentaron que diversas presiones inflacionarias han estado mitigándose. Uno opinó que ello ha sido más notorio en el segundo trimestre de 2023. Otro detalló que la mayoría de las cadenas de suministro ya opera en condiciones normales, que los precios internacionales de alimentos y de materias primas van claramente a la baja y que la inflación en Estados Unidos muestra un descenso, mientras que los precios al productor en México registran tasas de inflación negativas. La mayoría consideró que el apretamiento monetario alcanzado ha coadyuvado al desempeño de la inflación. Uno añadió que los efectos base también están contribuyendo. Señaló que algunas estimaciones que descomponen la inflación en diferentes frecuencias de tiempo indican que el descenso de la misma se explica principalmente por factores de corto plazo, mientras que las tendencias de mediano y largo plazo aún prevalecen afectadas. Algunos notaron que la inflación continúa resintiendo los efectos de los choques a los que ha estado sujeta. Todos señalaron que la inflación subyacente siguió reduciéndose, si bien de manera más gradual que la general. Detallaron que en la primera quincena de junio se situó en 6.91%. Uno argumentó que su disminución ha sido más notoria en los últimos meses, pues de los cerca de 158 puntos base que ha caído desde su punto máximo en noviembre de 2022, alrededor de 118 se han registrado desde abril de 2023. Otro coincidió en que la inflación subyacente ya muestra una trayectoria descendente, si bien reconoció que falta mucho camino por recorrer. Uno comentó que se mantiene en niveles elevados y enfrenta todavía presiones importantes. La mayoría mencionó que la inflación de mercancías ha continuado disminuyendo. Uno destacó que esta acumuló seis meses de reducciones, si bien indicó que se mantiene en niveles altos. Otro consideró que su descenso ha sido lento. Uno notó que se ha beneficiado de efectos base significativos. La mayoría alertó que la inflación de las mercancías alimenticias sigue registrando variaciones anuales de dos dígitos. Uno resaltó que los precios de bienes básicos asociados con alimentos y cuidado personal continúan presentando incrementos mayores a 10%. Sin embargo, otro opinó que los signos de mitigación de las presiones sobre los precios de las mercancías son más claros al considerar sus variaciones mensuales desestacionalizadas y anualizadas. Detalló que, según las últimas lecturas, en las mercancías alimenticias el promedio móvil de tres meses de dichas variaciones se ubica en 5.87%, mientras que su tasa anual se encuentra en 10.67%. Agregó que para las mercancías no alimenticias estas cifras son 3.48 y 5.65%, respectivamente. Precisó que la proporción de genéricos ajustados por su ponderación en la canasta de las mercancías alimenticias que muestra variaciones de precios mayores a 10% actualmente se ubica en 10.6%, después de haberse situado en 80% en 2022. Añadió que en el caso de las mercancías no alimenticias esta proporción actualmente es de 7.7%, cuando el año pasado alcanzó niveles mayores al 40%. Algunos señalaron que la inflación anual de los servicios se mantiene elevada. Uno subrayó que la mayoría de las variaciones de los precios de los servicios todavía no registran un punto de inflexión. No obstante, algunos notaron que, en el margen, este componente mostró señales de moderación. Uno detalló que disminuyó ligeramente en la primera quincena de junio debido a una reducción marginal en la inflación de servicios distintos a la vivienda y educación. Añadió que las inflaciones correspondientes a los servicios de vivienda y educación siguieron mostrando cierta estabilización, aunque en niveles por encima de 3%. Otro apuntó que se observa una mejoría en la dinámica de los precios de los servicios al considerar su variación mensual desestacionalizada y anualizada, la cual muestra un promedio móvil de tres meses de 3.84% en comparación de su tasa anual de 5.23%. Subrayó que la proporción de genéricos de la canasta de servicios que actualmente muestra variaciones de precios de dos dígitos es de 1.1%, cuando a inicios de año llegó a niveles alrededor de 20%. Algunos detallaron que la elevada inflación de los servicios se da en un contexto de fortaleza del mercado laboral y en el que su demanda se ha recuperado. Uno reconoció que hay cierto efecto de la dinámica del mercado laboral, pero externó que su magnitud no parece ser tal que permita explicar los niveles que ha alcanzado la inflación de los servicios. Consideró que, en todo caso, este sería uno de los factores que han contribuido a la persistencia del componente subyacente. Agregó que, si bien típicamente las presiones internas se asocian con alzas en la inflación de servicios, actualmente el comportamiento de este refleja otros factores, como choques globales a ciertos componentes o aumentos de precios pospuestos por la debilidad de la demanda en su momento. Por consiguiente, estimó que su evolución no necesariamente está explicada por presiones internas. Detalló que, en su opinión, la dinámica de la inflación de los servicios sigue reflejando: i) la recuperación de este sector ante la mitigación de los cambios en los patrones de consumo que ha propiciado incrementos de precios que se habían pospuesto ante la debilidad de la demanda y, en este sentido, destacó los incrementos en los precios de la educación; ii) que la inflación de la vivienda sigue afectada por las elevadas cifras de inflación del año pasado; y iii) que algunos rubros siguen respondiendo a los incrementos de las referencias internacionales, como los servicios de alimentación. Respecto de este último rubro, especificó que el subíndice de servicios excluyendo vivienda, educación y turísticos se encuentra 338 puntos base por encima de su promedio histórico, de los cuales 213 corresponden a los servicios de alimentación. La mayoría mencionó que el componente no subyacente continuó en niveles históricamente bajos, al ubicarse en la primera quincena de junio en 0.03%. Señaló que lo anterior se debió a las menores variaciones anuales de los precios de los energéticos y de los agropecuarios. Uno apuntó que la política monetaria no tiene mayor incidencia sobre este componente. Otro destacó que los precios del gas doméstico presentan variaciones negativas de una magnitud no vista desde que se tiene registro histórico. Algunos resaltaron que las expectativas de inflación de mayor plazo se mantuvieron estables. No obstante, uno opinó que su dispersión es elevada y notó que el coeficiente de asimetría de su distribución aún es positivo. Otro sostuvo que las expectativas de mediano y largo plazos permanecen en niveles altos sin mostrar una tendencia a la baja, lo cual consideró preocupante. La mayoría consideró que las expectativas de inflación de corto plazo han mostrado cierta mejoría con ajustes moderados. Uno puntualizó que este comportamiento no ha sido generalizado. Algunos precisaron que las expectativas para los próximos doce meses y las correspondientes a los cierres de 2023 y 2024 disminuyeron. Uno destacó que aquellas para el cierre del 2024 se encuentran por encima de las proyecciones del Banco de México. Algunos indicaron que la compensación por inflación y riesgo inflacionario aumentó desde la última decisión y que se mantiene en niveles superiores a la meta. Uno estimó que la dinámica de los precios de los bienes de consumo básico podría afectar las expectativas de inflación de los hogares. La mayoría destacó que se sigue anticipando que la inflación converja a la meta en el cuarto trimestre de 2024. Uno detalló que estas previsiones consideran las acciones de política monetaria del Banco de México y que los efectos de los choques inflacionarios derivados de la pandemia y del conflicto bélico en Ucrania continúen disipándose. Algunos mencionaron que los pronósticos del Instituto Central para la inflación general se ajustaron marginalmente a la baja para algunos trimestres. Agregaron que los correspondientes a la inflación subyacente permanecieron prácticamente sin cambio. Uno puntualizó que se espera que su tasa trimestral desestacionalizada anualizada continúe disminuyendo hasta ubicarse debajo de la cota superior del rango objetivo en el cuarto trimestre de 2023. La mayoría consideró que persiste incertidumbre con respecto al proceso de desinflación previsto. Destacó que es un fenómeno complejo. Algunos estimaron que, si bien los efectos base favorecerán la disminución de la inflación subyacente el resto del año, existe un reto importante para que esta continúe descendiendo hacia finales de 2023 y durante 2024. Uno indicó que, si bien las presiones inflacionarias externas están cediendo, la atención ahora debe concentrarse en las presiones internas, tanto estructurales como coyunturales; en especial aquellas provenientes del lado de la demanda y del mercado laboral. Otro estimó que la persistencia de la inflación se da por presiones internas. Destacó que algunos indicadores sugieren que las presiones inflacionarias de bienes manufacturados responden a presiones de demanda. Todos coincidieron en que el balance de riesgos respecto de la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico se mantiene sesgado al alza. Uno opinó que dicho balance no se ha deteriorado. Entre los riesgos al alza para la inflación, la mayoría enfatizó la persistencia del componente subyacente en niveles elevados. Uno calificó este riesgo como el más preocupante. Otro estimó que lo anterior no solo responde a los choques derivados de la pandemia y del conflicto en Ucrania, sino que también parece ser resultado de cambios en la formación de precios como lo muestra la mayor frecuencia y magnitud de los ajustes en los precios de los bienes y servicios. La mayoría agregó como riesgo al alza la posibilidad de mayores presiones de costos. Al respecto, algunos mostraron preocupación por el apretamiento del mercado laboral. Uno argumentó que el crecimiento acelerado de los salarios es incompatible con la meta de inflación. Consideró que las presiones de costos laborales, reflejadas en diversos indicadores salariales, ya se están trasladando a los consumidores dada la fortaleza de la demanda. Sin embargo, otro enfatizó que las medidas de la inflación que son más sensibles a la holgura y a los salarios muestran una trayectoria a la baja, si bien se mantienen en niveles elevados. Uno mencionó que el comportamiento del mercado laboral debe ser consistente con los equilibrios de la economía y la estabilidad de precios. Opinó que, hasta el momento, las lecturas provenientes de este mercado que pudieran implicar afectaciones a la inflación son heterogéneas y poco concluyentes. Todos coincidieron en que debe seguirse monitoreando la dinámica del mercado laboral. Uno argumentó que en los siguientes meses serán aún más relevantes los indicadores de holgura. Por su parte, otro añadió como riesgo al alza una posible corrección abrupta en las expectativas del mercado sobre las acciones futuras de la Reserva Federal, con su correspondiente impacto en el tipo de cambio y la estabilidad de precios. La mayoría señaló el riesgo de que el aumento en la inflación no subyacente en los siguientes meses sea mayor al esperado. Uno advirtió que aun con el incremento previsto en la inflación no subyacente, los pronósticos de este Instituto Central implicarían que, durante el horizonte de planeación, la inflación no subyacente se encontraría por debajo de su promedio de los últimos 13 años, por lo que existe el riesgo de que este indicador registre niveles más elevados a los anticipados. Algunos señalaron como ejemplo de riesgos que podrían resultar en un aumento de la no subyacente, el de observar incrementos en los precios de los productos agropecuarios debido a fenómenos climatológicos. Entre los riesgos a la baja, uno mencionó la posibilidad de una desaceleración mayor a la anticipada en la actividad económica mundial, principalmente en la de Estados Unidos, así como en México, lo que repercutiría en menores presiones inflacionarias domésticas. Entorno Macrofinanciero Todos resaltaron la apreciación del peso mexicano desde la reunión anterior. La mayoría notó que la cotización de la moneda nacional alcanzó su nivel mínimo desde diciembre de 2015 y que las condiciones de operación en el mercado cambiario han sido favorables. Consideró que este comportamiento obedece a los sólidos fundamentos macroeconómicos del país y al amplio diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos ajustado por volatilidad. Uno agregó que la tasa de rendimiento en pesos implícita en forwards cambiarios que se encuentra por arriba de la tasa de referencia refleja que el peso mexicano es atractivo para los inversionistas. Algunos opinaron que también han contribuido al desempeño de la moneda nacional los flujos de remesas y las mejores perspectivas de inversión ante el proceso de relocalización de las cadenas productivas. Uno añadió el debilitamiento del dólar estadounidense en los últimos meses y la incertidumbre sobre el inicio de un ciclo de reducción de tasas por parte de la Reserva Federal. La mayoría destacó que, desde la decisión de política monetaria previa, las tasas de interés de valores gubernamentales de corto plazo disminuyeron, mientras que las de mediano y largo plazos mostraron movimientos acotados. Uno agregó que prevaleció la inversión de la curva de rendimientos. Otro resaltó que los mercados financieros domésticos tuvieron un desempeño en línea con los mercados globales, mostrando ganancias en el principal índice accionario y reducciones en las primas por riesgo. No obstante, uno observó que el mercado accionario presentó un desempeño negativo en el margen. Algunos recalcaron que se observa una recuperación en el porcentaje de la tenencia de Cetes por inversionistas extranjeros. Uno comentó que la tenencia de bonos en manos de no residentes disminuyó desde la última decisión como consecuencia, en parte, de un encarecimiento en la cobertura cambiaria y de la toma de utilidades de posiciones dada la apreciación del peso mexicano durante este año. Indicó que los fondos de pensión y de inversión han sido los principales demandantes de bonos gubernamentales durante este año. Notó que el incremento de las contribuciones patronales ha aumentado los recursos administrados por las Siefores y, con esto, el interés por distintos activos incluyendo deuda gubernamental y emisiones corporativas. La mayoría mencionó que el traspaso de los aumentos en la tasa de referencia hacia las tasas pasivas de la banca comercial ha contribuido a incentivar el ahorro de los hogares mexicanos en instrumentos a plazo. Algunos indicaron que el crédito vigente de la banca comercial a empresas y a hogares ha continuado expandiéndose, especialmente el destinado al consumo. Uno notó que los niveles de morosidad se mantienen relativamente bajos y estables, si bien se ha observado un aumento en el margen en el rubro de tarjetas de crédito. Respecto del ciclo financiero, agregó que el índice de condiciones financieras para México ha mostrado una tendencia al alza en lo que va de este año, por lo que estas se mantienen en niveles apretados, aunque estables. Otro señaló que el crédito a las empresas grandes emisoras mostró una desaceleración en un entorno de dificultades para realizar colocaciones en los mercados externos. Apuntó que ello contrasta con la expansión que muestra el financiamiento interno a las empresas. Política Monetaria La Junta de Gobierno evaluó la magnitud y diversidad de los choques inflacionarios y de sus determinantes, así como la evolución de las expectativas de mediano y largo plazos y el proceso de formación de precios. Consideró que el proceso de desinflación continuó avanzando ante la mitigación de diversas presiones. Sin embargo, juzgó que siguen incidiendo sobre la inflación, de modo que esta permanece alta. Además, opinó que el panorama inflacionario continúa siendo muy complejo. Con base en lo anterior y tomando en cuenta la postura monetaria ya alcanzada, la Junta de Gobierno, con la presencia de todos sus miembros, decidió por unanimidad mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 11.25%. Con esta decisión, la postura de política monetaria se mantiene en la trayectoria requerida para lograr la convergencia de la inflación a su meta de 3% dentro del horizonte de pronóstico. La Junta de Gobierno vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y en sus expectativas. Estima que el panorama inflacionario será complicado e incierto a lo largo de todo el horizonte de pronóstico, con riesgos al alza. Ante ello, para lograr la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3%, considera que será necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual durante un periodo prolongado. El banco central reafirma su compromiso con su mandato prioritario y la necesidad de perseverar en sus esfuerzos por consolidar un entorno de inflación baja y estable. Un miembro consideró que en la etapa actual de desinflación se requiere de cautela. Reconoció que desde la última reunión el proceso de desinflación siguió avanzando. Sin embargo, juzgó que el panorama continúa siendo complicado. En este contexto, argumentó a favor de mantener la tasa de referencia sin cambios en 11.25%. Recalcó que los procesos desinflacionarios son complejos. Puntualizó que siempre existe incertidumbre sobre el ritmo al que se pueden ir disipando los choques y que algunos componentes de la inflación pueden presentar volatilidad. Enfatizó que la tasa de referencia debe mantenerse en su nivel actual durante un lapso de tiempo lo suficientemente extenso para constatar que la inflación vaya descendiendo de manera sostenida y que el sesgo al alza del balance de riesgos para la inflación se modere. Opinó que aún es muy prematuro para considerar la posibilidad de recortes. Apuntó que se necesita de más tiempo para que la postura de política monetaria alcanzada siga operando. Señaló que será indispensable continuar analizando el comportamiento observado y previsto de la inflación y de sus componentes, así como de todos sus determinantes. Entre estos destacó las expectativas de inflación, las presiones de costos, la actividad económica nacional, la dinámica del mercado laboral y de los mercados financieros, así como factores externos tales como la inflación global, la actividad económica mundial y la política monetaria internacional. Resaltó que se requiere dar seguimiento puntual a una amplia gama de variables económicas y financieras. Argumentó que durante este periodo inflacionario la política monetaria ha contribuido al anclaje de las expectativas de inflación, principalmente de las de mayor plazo. Mencionó que estas, a pesar de la magnitud de los choques, han permanecido relativamente estables, lo que ha sido fundamental para que el proceso de desinflación haya podido iniciarse. Agregó que la política monetaria ha contribuido a un comportamiento resiliente del peso mexicano. Detalló que ello ha mitigado las presiones inflacionarias al moderar los costos de los insumos importados que utiliza el sector productivo. Comentó que también ha coadyuvado a moderar el ritmo de expansión de la demanda externa que enfrenta el sector manufacturero exportador, el cual registra niveles elevados de utilización de la capacidad instalada. Añadió que el apretamiento monetario ha tendido a propiciar un proceso de sustitución intertemporal del gasto de los hogares. Finalmente, reiteró que el Banco de México mantiene su firme compromiso con su mandato prioritario de estabilidad de precios. Sostuvo que ello es en beneficio de la población del país, en particular la de menores ingresos. Otro miembro consideró que, ante las presiones inflacionarias prevalecientes, para propiciar el descenso de la inflación en línea con las proyecciones del Instituto Central y mitigar los riesgos inflacionarios es indispensable preservar el nivel de restricción monetaria alcanzado. Por ello, estimó adecuado mantener la tasa de referencia en su nivel actual de 11.25%. Opinó que el entorno de elevada incertidumbre sobre el proceso inflacionario obliga al Banco de México a actuar con cautela y a favorecer una postura monetaria flexible condicionada a la nueva información. Comentó que las decisiones de política monetaria subsecuentes dependerán de los nuevos datos, en particular de que las inflaciones general y subyacente consoliden su tendencia a la baja conforme a lo previsto y de que las presiones internas no generen persistencia. Agregó que el banco central debe ser claro con respecto a que se encuentra preparado para responder acorde con las circunstancias. Apuntó que no puede descartarse que el nivel de restricción monetaria alcanzado deba mantenerse por más tiempo de lo anticipado o que se requiera de un mayor o menor apretamiento. Precisó que, en cualquier caso, debe mantenerse una postura restrictiva durante todo el horizonte de planeación. Mencionó que el comunicado debe destacar que la evolución favorable de la inflación ha respondido principalmente a factores externos, mientras que las presiones de origen interno han persistido y pueden obstaculizar la convergencia de la inflación a su meta en el horizonte de pronóstico. Finalmente, alertó que el rezago acumulado en la inversión física y la menor productividad, agravados por la pandemia, pueden haber disminuido el crecimiento potencial, lo que constituye un factor de riesgo para la inflación que, en su opinión, tendrá implicaciones significativas para la conducción de la política monetaria en el corto y mediano plazos. Advirtió que de haber caído el crecimiento potencial y en ausencia de una política monetaria restrictiva, la economía podría dirigirse hacia un equilibrio de bajo crecimiento y elevada inflación. Hacia delante, la posibilidad de un menor crecimiento potencial podría dar lugar a que sea difícil observar tasas de crecimiento elevadas sin que se generaran presiones inflacionarias. Un miembro consideró que es necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual durante un periodo prolongado para lograr la convergencia de la inflación a su meta. Recordó que esto se comunicó desde la reunión anterior en la cual se dio a entender que, conforme a la información disponible, ya se había llegado a la tasa terminal. Opinó que, en un entorno de menores presiones externas, la restricción monetaria está surtiendo efecto. Señaló que una condición necesaria pero no suficiente para superar este episodio inflacionario era que las presiones globales comenzaran a ceder. Expresó que ahora deben contenerse las presiones internas mediante la continuación de la postura monetaria restrictiva. Observó que los esfuerzos deben concentrarse en que la inflación subyacente siga disminuyendo. Afirmó que la postura monetaria relativa permite cierto margen de maniobra para enfocarse exclusivamente en el panorama inflacionario, inclusive si la Reserva Federal llegara a incrementar su tasa de referencia en varias ocasiones. Mencionó que, desde el último incremento de la tasa de referencia en marzo, la tasa real ex-ante ha aumentado en 20 puntos base debido a la caída en las expectativas de inflación a 12 meses, lo cual equivale a casi un incremento adicional de la tasa objetivo si las expectativas no hubieran descendido. Apuntó que, sin embargo, debe evitarse que la postura monetaria alcance un nivel demasiado astringente ante la disminución prevista de las expectativas de inflación. Destacó que el canal de expectativas será fundamental en los próximos meses, junto con la materialización de efectos mayores en los agregados monetarios y en otros canales de transmisión. Resaltó que es importante seguir orientando al mercado sobre la temporalidad de la guía prospectiva y la naturaleza de cualquier ajuste eventual en la tasa de referencia. Advirtió que es prematuro pensar que se van a materializar los descensos en la tasa objetivo anticipados en los indicadores de mercado para finales de 2023. Aseveró que el término “periodo prolongado” debe permanecer indefinido hasta que se tenga una mayor certeza sobre la mejora en el panorama inflacionario. Puntualizó que, en cambio, será importante mantener cautela al momento de discutir cuándo sería deseable iniciar un ciclo de normalización y subrayó que el entorno es aún complejo y frágil. Enfatizó que el Banco de México se mantendrá apegado a su compromiso con el mandato prioritario mediante una postura firme hasta que se alcance la meta de inflación. Otro miembro señaló que, aunque la inflación continúa mejorando, la mayor parte de su disminución está explicada por el componente no subyacente y por importantes efectos base que difícilmente pueden operar de manera indefinida. Notó que, a pesar de que no se ha modificado la tasa de referencia, la tasa real ex-ante ha seguido incrementándose. Estimó que se espera que esto siga ocurriendo, aunque de manera limitada, puesto que las expectativas de inflación suelen descender lentamente. Consideró que la efectividad de la postura monetaria dependerá del funcionamiento de los canales de transmisión, los cuales, en su opinión, están operando en la dirección requerida, en particular el relativo al tipo de cambio. Agregó que, al igual que en otros ciclos monetarios, el apretamiento en las condiciones de financiamiento y el incremento de los costos de captación no han aumentado en la misma proporción que la tasa de referencia, por lo que aún se necesita evaluar la magnitud y el rezago con el que influirán en el comportamiento de la demanda interna. Argumentó que la restricción monetaria requerirá de un periodo prolongado para transmitirse adecuadamente, ya que los rezagos con los que operan los distintos canales son amplios y distintos entre sí. Externó que dicha restricción debe garantizar: i) la consolidación de una tendencia ordenada y sostenida de las inflaciones general y subyacente hacia un nivel de 3%, ii) un balance de riesgos neutral en torno al pronóstico y iii) un movimiento de las expectativas de inflación hacia sus promedios históricos. Opinó que, ante el complejo panorama inflacionario, estas condiciones aún no están resueltas, por lo que se requiere preservar un enfoque flexible y dependiente de los datos. Expresó que es necesario que la comunicación brinde señales claras de manera oportuna y que evite inconsistencias que puedan dañar la credibilidad de este Instituto Central. Alertó que los mercados de renta fija prevén que la tasa de referencia se ubique a finales de 2023 y 2024 por debajo del nivel requerido para garantizar la convergencia de la inflación hacia su meta en el horizonte de pronóstico. Señaló que, en este momento, anticipar cambios en el ciclo monetario sería prematuro. En cambio, indicó que brindar una comunicación clara sobre el compromiso con el mandato constitucional de estabilidad de precios puede coadyuvar a una adecuada formación de expectativas y a reducir algunos de los rezagos con los que operan los mecanismos de transmisión. Un miembro consideró que el apretamiento monetario alcanzado ha contribuido al proceso desinflacionario. Argumentó que, ante la persistencia de la subyacente y un balance de riesgos al alza, mantener la tasa de referencia en su nivel actual permite continuar evaluando el grado de absorción de la postura monetaria en la economía. Añadió que, si bien los canales de transmisión se encuentran operando y que su efecto será más notorio en los próximos trimestres, la naturaleza atípica de los choques y sus implicaciones sobre la dinámica inflacionaria robustecen la necesidad de una pausa prolongada. Retomó que, si bien las presiones internas se suelen asociar con alzas en la inflación de servicios, esta sigue afectada por los choques descritos y no necesariamente está explicada por presiones internas. Agregó que en caso de que las hubiera, estas ya estarían siendo atendidas con el apretamiento monetario logrado. Explicó que el ajuste importante del pronóstico de inflación a principios de año obedeció, en parte, a la previsión de mayores presiones en los servicios, incluyendo las provenientes de un mayor dinamismo del mercado laboral. Por ello, aseveró que la acción firme y oportuna implementada en aquella reunión también buscó atender dicha dinámica, no obstante, resaltó que se debe vigilar su evolución. Por otra parte, consideró prudente no tomar acciones que pudiesen disminuir la efectividad del ajuste acumulado o de la comunicación como herramienta de política que relajen prematuramente la postura monetaria. Por ello, opinó que actualmente no es adecuado discutir la posibilidad de recortes en la tasa de referencia. Estimó que, si bien se anticipan mejores lecturas en las expectativas de inflación y que es importante que bajo el régimen de objetivos de inflación esto suceda, la pausa referida permitirá observar que continúen su evolución favorable y que sigan contribuyendo a la mejora del proceso de formación de precios. Agregó que, entre una amplia gama de factores, también es relevante considerar la evolución del balance de riesgos, el desempeño de la inflación respecto del pronóstico y el comportamiento mismo del pronóstico. Finalmente, sostuvo que es indispensable continuar con el uso de la comunicación como una herramienta activa que apuntale la postura monetaria. Subrayó que, en su opinión, sigue siendo prudente comunicar que la pausa continuará por un tiempo lo suficientemente prolongado para que se consolide la convergencia de la inflación y se propicie un ajuste ordenado de la economía y de los mercados. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA MONETARIA La Junta de Gobierno evaluó la magnitud y diversidad de los choques inflacionarios y de sus determinantes, así como la evolución de las expectativas de mediano y largo plazos y el proceso de formación de precios. Consideró que el proceso de desinflación continuó avanzando ante la mitigación de diversas presiones. Sin embargo, juzgó que siguen incidiendo sobre la inflación, de modo que esta permanece alta. Además, opinó que el panorama inflacionario continúa siendo muy complejo. Con base en lo anterior y tomando en cuenta la postura monetaria ya alcanzada, la Junta de Gobierno, con la presencia de todos sus miembros, decidió por unanimidad mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 11.25%. Con esta decisión, la postura de política monetaria se mantiene en la trayectoria requerida para lograr la convergencia de la inflación a su meta de 3% dentro del horizonte de pronóstico. La Junta de Gobierno vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y en sus expectativas. Estima que el panorama inflacionario será complicado e incierto a lo largo de todo el horizonte de pronóstico, con riesgos al alza. Ante ello, para lograr la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3%, considera que será necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual durante un periodo prolongado. El banco central reafirma su compromiso con su mandato prioritario y la necesidad de perseverar en sus esfuerzos por consolidar un entorno de inflación baja y estable. 4. VOTACIÓN Victoria Rodríguez Ceja, Galia Borja Gómez, Irene Espinosa Cantellano, Jonathan Ernest Heath Constable y Omar Mejía Castelazo votaron a favor de mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 11.25%.
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