Aumentamos nuestro estimado de crecimiento para la economía de Estados Unidos en 2023. Si bien la probabilidad de observar una recesión este año es menor, no descartamos que el PIB norteamericano caiga a mediados de 2024 debido a elevadas tasas de interés. El crecimiento en México se mantiene firme gracias al impulso que brindan el comercio y los servicios
Al cierre de junio, los analistas encuestados por la agencia de noticias Bloomberg proyectaban un crecimiento de 1.3% para el PIB de Estados Unidos en 2023 (1.0% estimado anterior). Nuestro estimado en INVEX pasó de 1.0% a 1.6%, cifra mayor a la que anticipa el consenso. A diferencia de otros participantes del mercado (y de ahí la razón de nuestro estimado más alto), no prevemos una contracción del PIB norteamericano este año. Durante junio, varios indicadores económicos mostraron un comportamiento mejor al previsto, empezando por el dato de nómina no agrícola que se publicó a principios de mes. Indicadores de inversión no residencial, producción manufacturera e incluso actividad residencial también sorprendieron al alza. Precisamente la inversión residencial podría contribuir nuevamente a la expansión del PIB de Estados Unidos después de haber restado crecimiento durante ocho trimestres consecutivos. Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (FED), destacó que el efecto de la política monetaria restrictiva tardaría en apreciarse en variables como la inflación. Efectivamente, a pesar del fuerte descenso de la inflación general anual (de 9.1% a 4.0% entre junio de 2022 y mayo de 2023), la inflación subyacente aún muestra cierta resistencia. A mayo de este año, el Índice de Precios al Consumidor subyacente (el que excluye los precios de alimentos y energía) se ubicó en 5.3% (vs. 6.6% en septiembre de 2022). Nuestra previsión para la inflación general y subyacente de Estados Unidos al cierre de 2023 es de 4.0% en cada caso. La economía de México también se mantiene firme. Confirmamos la expectativa de un crecimiento de 2.0% para el PIB de 2023. La posibilidad de que Estados Unidos no caiga en recesión este año y el consecuente efecto positivo sobre las exportaciones (con todo y la apreciación del tipo de cambio), así como el firme comportamiento del comercio y los servicios (confirmado con el más reciente dato del IGAE de abril) representan los principales soportes de nuestra previsión. Al igual que en Estados Unidos, la inflación en México ha cedido más en la parte general que en la subyacente. Los menores precios internacionales de algunas materias primas (sobre todo petróleo y gas natural) han permitido un descenso de los precios de energía en México. Por otra parte, y a pesar de la sorpresa observada en la primera quincena de junio, la inflación subyacente muestra cierta resistencia. Mientras la inflación general anual ha descendido de un máximo de 8.8% a 5.2%, la subyacente ha retrocedido de 8.7% a 6.9% anual. Nuestros pronósticos para la inflación general y subyacente al cierre de 2023 se ubican en 4.7% y 5.2%, respectivamente. Los riesgos se encuentran sesgados al alza, particularmente si los precios internacionales de energía aumentan por las mejores perspectivas de crecimiento para Estados Unidos, uno de los principales consumidores del mundo.
La FED hizo una pausa en el ciclo de alza de tasas, pero no se descarta que lo retome ante la preservación de de los riesgos sobre inflación. En México, la inflación vuelve a sorprender con datos por debajo de los estimados y esto refuerza nuestra expectativa de que Banxico se mantendrá en pausa el resto del año, el escenario restrictivo de las tasas reales se mantiene. En cuanto el mercado cambiario, el peso se recuperó frente al dólar, se mantienen los flujos de inversión de cartera, así como las posiciones en favor de la moneda nacional en el mercado de futuros
Durante la primera quincena del mes, la Reserva Federal volvió a tener su reunión de política monetaria. Esta vez hizo una pausa en el ciclo de restricción monetaria. El aumento de tasas aun no se descarta por parte de los miembros de Comité de Mercados Abiertos y en la mediana de las expectativas reflejadas en la más reciente grafica de puntos apunta a que podrían subir, al menos, dos veces más la tasa de referencia en lo que resta del año. La razón principal se centra en que la inflación se ha mantenido con riesgos de alza, a pesar de las observaciones de menor magnitud que ha tenido en el pasado reciente. Sin embargo, al instituto central le preocupa algunos indicadores como el deflactor del consumo personal subyacente que se mantiene en niveles altos y que en mayo paso de 4.6% a 4.7%. Además, diversos datos, tanto de la demanda, como por el lado de la producción que se mantienen con observaciones mucho mejores a las estimadas por el consenso de analistas; lo que apunta a un crecimiento solido de toda la economía norteamericana y por lo tanto a que se mantengan latentes los riesgos de inflación al alza. De momento, el intervalo de la tasa de interés de referencia se mantiene en 5.00%-5.25%. La FED mantiene la vigilancia sobre los datos de inflación e indica que el más relevante es el deflactor del consumo personal (Core PCE, por sus siglas en inglés) para tomar decisiones sobre la política monetaria. De hecho, la mediana de las expectativas de los miembros de la FED para este indicador pasó de 3.6% a 3.9% para el cierre de este año. Con lo cual se respalda de que esta pausa en el ciclo de restricción monetaria será efímera y que continuará el ciclo de alza de tasas durante el segundo semestre del año. Con el mercado que asume que la tasa de fondos federales continuará el alza, cuando menos dos veces más como lo indican las expectativas de la FED y con los reportes de inflación, sobre todo el PCE subyacente que muestra resistencia a la baja, y de crecimiento sólido en la economía, los Bonos del Tesoro en el vencimiento de 2 años cerraron con una tasa de 4.90%, con alzas de casi 50 puntos base en el mes; mientras que el vencimiento a 10 años cerró en 3.84% y una variación mensual cercana a los 20 puntos base. Consideramos que el comportamiento de las tasas en el futuro previsible puede mantener presión y volatilidad, muy correlacionado a los diferentes reportes de inflación y crecimiento. En México, se conoció la inflación al consumidor de la primera quincena de junio que se ubicó en 0.02%, dato menor al esperado. De esta forma, la tasa anual se ubicó en 5.18%. La inflación subyacente también fue menor a lo esperado en términos quincenales y se ubicó en 6.91% a tasa anual, aquí destacó la disminución quincenal en el rubro de mercancías no alimenticias, así como en la parte de servicios. Este reporte sobre la inflación incorpora, no sólo el descenso de la parte general, sino también de algunos rubros de la parte subyacente que están consolidando la desaceleración de los precios al consumidor. El dato permitió al Banco de México (Banxico) mantener la tasa de referencia en 11.25%, ya que, con el ajuste de la tendencia del comportamiento de la inflación para el resto del año, la política monetaria se mantendría en niveles restrictivos, con tasas reales ex relativamente altas. Lo que seguirá permitiendo generar condiciones suficientes para llegar al objetivo de inflación de 3.0% +/- 1.0% en los próximos 12 a 18 meses. Bajo este escenario de inflación, y si se mantiene el resto del año, Banxico podría mantener sin cambios la tasa de referencia. Sin embargo, no podemos dejar de lado el comportamiento de las tasas de los Bonos del Tesoro de los Estados Unidos, estas presentaron presión a lo largo del mes de junio y no descartamos que mantengan de esta manera dado el comportamiento de la economía norteamericana. Aunque seguimos considerando que la presión sería menos que proporcional, dada la expectativa de que Banxico ya no haga movimientos en la tasa de referencia en lo que resta del año, ante un comportamiento positivo de la inflación. Con lo cual, para el vencimiento de 3 años los rendimientos de los Mbonos bajaron 7 puntos base, para tener un nivel de cierre de mes de alrededor de 9.56%; mientras que el cierre del vencimiento a 10 años se ubicó cerca de 8.67%, con una baja mensual de 11 puntos base. En cuanto el mercado cambiario, el peso se fortaleció frente al dólar con una variación de 3.22% en favor de la moneda nacional durante el mes. El tipo de cambio cerró el mes alrededor de los $17.11 pesos por dólar y con niveles mínimos en el mes cercanos a los $17.00 pesos por dólar. La volatilidad cambiaria disminuyó con relación a meses anteriores y se dio una recuperación de los flujos de inversión extranjera de cartera en valores gubernamentales. Asimismo, las posiciones en favor del peso en el mercado de futuros siguen incrementándose y el reporte más reciente de la balanza comercial apuntó a una disminución del déficit comercial, ante el crecimiento de las exportaciones, sobre todo en el sector automotriz. Bajo este contexto, actualizamos nuestro estimado para el tipo de cambio a $18.50 pesos por dólar para el cierre del año .
Bolsas. El balance resultó positivo en junio. Ello a pesar de la volatilidad que se experimentó en el mes y el nerviosismo que generó información poco favorable para las bolsas, en especial con relación a la permanencia de una política monetaria restrictiva en el corto plazo. La expectativa de un entorno económico más favorable al esperado, y el apoyo que siguen dando algunas emisoras de importante capitalización a ciertos sectores, permitió que los rendimientos fueran positivos y sumaran a una primera mitad del año que sorprende por su fortaleza. El S&PBMV IPC operó positivo; pero, con menor dinamismo que sus pares internacionales.
El índice global MSCI que incluye emergentes (ACWI) subió 5.6% en junio, su segundo mejor mes del año. Destacó el Bovespa en Brasil que había sido uno de los mercados rezagados, ganó 9.0% en el mes. El Nikkei de Japón se mantiene fuerte y subió 7.5% ante una política monetaria que se confirma como expansiva, buenos indicadores económicos y los esfuerzos para fomentar mayores distribuciones a los accionistas. En Europa también hubo buenos rendimientos, el referente en Italia ganó 8.4% en junio. En EE. UU., el S&P 500 subió 6.5%, una vez más vimos a ciertas emisoras con rendimientos que se despegaron del resto del mercado, en esta ocasión en especial dentro de Consumo discrecional, sector que en conjunto ganó 12.0% en el mes; sin embargo, se experimentó un movimiento más coordinado del mercado. Se percibe un estilo de inversión enfocado en acciones de crecimiento, y menor apetito por estrategias defensivas, con ello, sectores como Servicios públicos, Salud y Consumo básico estuvieron dentro de los de menor dinamismo en el mes. La expectativa de un mejor desempeño de la economía, que ha llevado a despejar de los pronósticos de este año la palabra recesión en EE. UU., ha sido un soporte importante para las bolsas; y que hace contrapeso a la variable que más presionó a la renta variable el año pasado: el nivel de tasas de interés. En este sentido, el mensaje del FED y otros bancos centrales es que continuará este año una política monetaria restrictiva ante inflaciones con resistencia a la baja. El caso del referente tecnológico Nasdaq sigue siendo sorprendente, subió 6.6% en el mes y en el año gana 31.7%, su mejor primer semestre desde 1983. El impulso que ha generado la Inteligencia Artificial es relevante en momentos en donde las valuaciones lucen elevadas: el múltiplo P/UPA del sector Tecnología dentro del S&P 500 tiene una prima de casi 20% respecto al promedio de los últimos tres años, y el Nasdaq se acerca a los niveles de valuación del 2021 de forma acelerada a pesar de que el escenario en tasas no ha cambiado, por ahora. La prueba por superar en los próximos días será la temporada de reportes corporativos, relevante al ser justamente la variable de crecimiento la que parece estar motivando a los inversionistas en estos momentos. En algunos casos las valuaciones actuales podrían estar adelantadas a lo que conoceremos en los próximos días y la volatilidad se hará presente en el mercado. De acuerdo con cifras de Refinitiv se espera una contracción de (-) 5.7% en las utilidades trimestrales del S&P 500 (AaA), con una importante presión del sector Engería, en donde se contempla una caída de casi (-) 40%; aislando este efecto, la cifra se mantendría estable. La expectativa más favorable es para Consumo discrecional con un incremento contemplado cercano a 27%. Sin duda, el entorno amerita cautela ante el panorama descrito y con la distorsión en el mercado por la fuerza que han mostrado en el año algunas empresas de alta capitalización.
De momento, el consenso de analistas de Bloomberg luce conservador, y, aunque se dieron revisiones positivas en el último mes en seis corredurías, la mediana del consenso fija una expectativa de cierre de año para el S&P 500 de 4,150 unidades (vs. 4,450 en junio). El referente mexicano S&PBMV IPC tuvo un mes volátil, el avance de 1.5% en junio no le alcanzó para recuperar los 54,000 puntos. La ausencia de catalizadores como ocurre en el exterior por sectores relacionados con Inteligencia artificial, hace contrapeso a un entorno favorable con relación a las expectativas de crecimiento. Por otro lado, si bien se abre la puerta para haber llegado al fin del ciclo de alza en tasas de interés de BANXICO, se descarta que veamos recortes en este mismo año, lo que mantiene cierta presión en las valuaciones. Reiteramos nuestra expectativa de 56,000 puntos para el cierre de año para el S&PBMV IPC. Estaremos atentos a las cifras que conoceremos de las empresas en México, en donde, de momento, parece que será una temporada de reportes compleja por las bases comparables difíciles y posibles presiones en la rentabilidad. Cartera Recomendada de Renta Variable La Cartera de Renta Variable Global tuvo un rendimiento en pesos de 2.26% vs. 2.22% de su referencia (ACWI). Durante el mes aportó valor en especial nuestra apuesta activa en Japón, mientras que la sobre-ponderación en Canadá e India presionaron el rendimiento. Dentro de la estrategia sectorial en Estados Unidos se generó una contribución negativa, principalmente, por nuestra posición en Tecnología, en donde nuestra apuesta activa se redujo por los cambios que realizamos en el Portafolio. Vendimos nuestra posición en el ETF de dividendos (VIG), nos parece que no existen catalizadores para recuperar tracción en un entorno en donde las tasas de interés podrían permanecer elevadas en el corto plazo. Sub-ponderamos el sector Financiero ante los retos que enfrenta y múltiplos poco atractivos. Neutralizamos Consumo discrecional a la espera de buenos reportes en el 2T-23. Modificamos algunas de las posiciones dentro de nuestro Portafolio a raíz de la venta de VIG para minimizar el impacto en las apuestas activas que queremos mantener En el mercado local, la Cartera Recomendada avanzó 2.31% vs. el ya mencionado avance de 1.50% del S&PBMV IPC. Nuestra apuesta activa en CEMEX fue uno de los principales contribuidores al rendimiento, así como no tener PEÑOLES y la liquidez que mantenemos en el Portafolio. En sentido contrario, nos afectó no tener GCARSO. Iniciamos una apuesta activa en KIMBER, creemos que el perfil de la emisora es favorable, ya que la rentabilidad podría estar apoyada por la fortaleza del peso y las menores presiones en sus principales costos de materia primas.
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