México,
D.F. a 09 de septiembre de 2015.- Es popularmente conocido que el ser humano
presenta diferentes estados de ánimo, los cuales repercuten en todas sus
funciones y relaciones. Como parte de éstas emociones se experimentan la
alegría y la tristeza que siempre tienen un origen identificable para la
persona.
Cuando
un paciente experimenta un estado anímico inespecífico que le impide realizar
sus funciones empieza a desarrollar una serie de presunciones y justificaciones
para el mismo; lo cual acompaña frecuentemente a toda una serie de molestias
físicas y dolencias. Dicho de otra forma, generalmente el paciente que está
desarrollando un cuadro de depresión, al buscar alivio tiende a centrar su
atención en los síntomas físicos y de manera muy excepcional en las
alteraciones emocionales.
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