- En México aproximadamente el 80% de los trabajadores padecen el llamado síndrome de burnout.
- En 2022 la OMS lo clasificará como una enfermedad derivada de la actividad profesional.
- La
alimentación es una de las claves para ayudar al cuerpo y a la mente a
disminuir los niveles de estrés y prevenir las enfermedades
relacionadas.
Ciudad de México, noviembre de 2020.- Si
bien el síndrome de agotamiento laboral no es un padecimiento nuevo, la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), reporta que a raíz de la
pandemia se han agudizado las tendencias en el aumento de enfermedades
mentales relacionadas con el trabajo, esto debido al aumento en horas de
teletrabajo y a las condiciones de sedentarismo, aislamiento y de
estrés que trajo consigo el riesgo a los contagios, así como los
procesos de duelo sufridos por los trabajadores.
Las
técnicas recomendadas por los expertos en salud emocional, así como
llevar una alimentación que eleve los co–productores de
neurotransmisores que nos ayuden a sentir bien, son algunas de las
recomendaciones de los expertos en salud emocional para prevenir esta
enfermedad que aqueja al 80% de las personas económicamente activas en
el país.
El
colágeno hidrolizado de alta calidad, como el que se produce por Duché
con certificaciones de seguridad e inocuidad alimentaria (FSSC22000),
contiene aminoácidos esenciales (isoleucina, leucina, metionina,
fenilananina, trionina, triptófano y valina), que se encargan, entre
otras cosas, de la regulación emocional. Además, existe una formulación
exclusiva anti–estrés que incluye valeriana, que apoya en el control de
la estructura del sueño y disminuye los estados de ansiedad.
¿Qué es el burnout?
La
definición de C. Maslach es la más aceptada por los especialistas en la
salud mental y refiere al síndrome de burnout como “una forma
inadecuada de afrontar el estrés crónico, cuyos rasgos principales son
el agotamiento emocional, la despersonalización y la disminución del
desempeño personal”[1].
Las especialistas Maricarmen Pérez y Alicia Martínez, del grupo
terapéutico Desansiedad, comentan que puede experimentarse cuando
queremos poner muchas cosas de nuestro interés, pero a la larga genera
cansancio acumulado y la sensación de “no poder parar”, incluso la sobre
exigencia de “cumplir con todo” es la que no permite que escuchemos las
señales de nuestro cuerpo que piden una pausa.
En
2000 la Organización Mundial de la Salud (OMS), consideraba al burnout
como factor de riesgo laboral, pero a partir de 2022 será catalogado
como enfermedad al entrar dentro de la nueva Clasificación Internacional
de Enfermedades (CIE-11). Aunque en México, desde 2019, se creó y
comenzó la aplicación de la NOM 035, cuyo objetivo es el de la
identificación, análisis y prevención de riesgos psicosociales, hay
reportes que indican que, si bien el 78% de las empresas ya ha
conseguido cumplir con la primera etapa: identificación, solo el 32% de
las compañías ha ofrecido evidencias sobre la aplicación de planes de
intervención que permitan la mejora de las condiciones de trabajo. Así
que, el camino ha sido trazado, pero aún falta mucho por recorrer.
Algunas recomendaciones para prevenir
Si
ya sabemos que esta condición aparece como respuesta a mucho tiempo de
no atender a ciertas señales y por ello se vuelve crónico, entonces, la
clave para prevenirlo estará en hacer una identificación de dichas
señales antes de que sea tarde.
Celeste
Parra, terapeuta de Desansiedad, indica que el rasgo de perfeccionismo
puede desencadenar esta condición porque se pierde el equilibrio en las
áreas vitales: familia, trabajo, el hogar, por ejemplo; hasta llegar al
punto de querer abandonar todo. Un tip que ofrece es determinar los
tiempos que tardamos en hacer una tarea y tener conciencia de una
gestión de tiempo saludable. Para ello podemos también utilizar ciertas
afirmaciones como: “Lo de trabajo en el trabajo y lo de casa en casa”,
repetirlo constantemente y realizar acciones que permitan hacer visible
esta distinción, como tener áreas específicas para cada actividad o
quitar de la vista la computadora o herramientas de trabajo cuando no se
está en ese momento, o evitar parar el trabajo para hacer actividades
domésticas.
Además,
la Psic. Martínez sugiere atender a las emociones que genera la
saturación o dejar de hacer; por ejemplo, la culpa o la frustración.
¿Qué me dicen, qué puedo hacer con esto que siento? Por supuesto que si
estas emociones nos rebasan, la atención mencionada implica que podamos
pedir ayuda profesional.
Recordemos
que el estrés afecta a muchas áreas de nuestro organismo, por ejemplo,
el aparato digestivo es uno de los primeros en resentirlo ocasionando
condiciones como gastritis, colitis o síndrome de colon irritable (SCI).
Se ha reportado por la OIT y la OMS que gran porcentaje de las muertes
por cardiopatías isquémicas y accidentes cardiovasculares están
relacionadas con personas que trabajaban más de 55 horas semanales. Por
si fuera poco, el estrés celular y el psicológico provocan la reducción
de los telómeros, es decir, que deja marcas en el ADN.
Fomentar
una dieta sana, rica en alimentos antiinflamatorios y aquellos que
eleven los neurotransmisores, como el cacao, la manzanilla, el té verde,
verduras de color verde no inflamatorias (kale o acelgas), frutas sin
semillas ni cáscara; avena y chía previamente remojadas; así como
cocinar con hierbas como cúrcuma, hinojo, cilantro, cardamomo, comino,
ayudarán a darnos ese apapacho que requerimos en momentos de estrés.
Además de, como dijimos en un inicio, incluir la ingesta de colágeno
hidrolizado de alta calidad con valeriana u otras formulaciones que
ofrece La Línea Bienestar Duché.
Por
supuesto el ejercicio, las prácticas de meditación de conciencia plena,
los momentos de esparcimiento y de descanso serán fundamentales para
darle a nuestro cuerpo el espacio que necesita para prevenir el síndrome
de burnout y, con ello, otras enfermedades relacionadas.