Mientras
que en México persiste una legislación prohibitiva con respecto a los productos
de vapeo y cigarrillos electrónicos, en países desarrollados como Nueva
Zelanda, Reino Unido y Francia, desde hace varios años, existen leyes que
permiten su consumo.
Esto
no solo debido a que aceptar su consumo forma parte de mantener el respeto a
los derechos de los consumidores sobre la manera en la que ellos desean
consumir nicotina, sino a que el vapeo ha demostrado ser una alternativa
efectiva ante el consumo del tabaco convencional, el cual cobra al año más de
ocho millones de vidas a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud.
En
este sentido, el vapeo ha demostrado ser una alternativa mejor para dejar de
fumar incluso que otros métodos de reemplazo de nicotina, como parches o
chicles, según confirmó la última revisión de la organización sin fines de
lucro Cochrane sobre la literatura científica
existente alrededor del vapeo. Esta revisión demostró que aquellas personas que
usan estos dispositivos, tienen mayores probabilidades de abandonar el hábito
de fumar que aquellas que no lo usan o que usan otras terapias de reemplazo de
nicotina.
De
acuerdo con los autores de este estudio, esta revisión aporta "evidencia
de alta certeza" que ayuda a disipar los malentendidos con respecto al
vapeo, los cuales desalientan a las personas a usar estos dispositivos como
apoyo para dejar de fumar.
En
lo que respecta a la parte legal, las legislaciones como las de Nueva Zelanda,
Reino Unido y Francia, que hoy se benefician del vapeo como una alternativa
efectiva para dejar de fumar, encuentran varios puntos en común que conviene
tomar en cuenta para aplicar en aquellos lugares que todavía lo prohíben, como
México.
Entre
las coincidencias se encuentra una regulación estricta en la que los fabricantes
informan detalladamente sobre sus productos, y en la que una agencia se encarga
de revisar el cumplimiento de la normativa y de alertar sobre los posibles
riesgos que podrían surgir por el consumo de algunos productos que no cumplen
la legalidad.
Todos
estos puntos, favorecen a que en esas naciones el vapeo se pueda realizar sin
los riesgos que podría traer el uso de cigarrillos electrónicos que no cumplen
con las normativas necesarias para su uso, lo cual sí pasa en países como
México, en los que estos dispositivos están prohibidos.
Entre
las consecuencias de la prohibición, se encuentra un fomento al 'mercado
negro', mayores gastos del erario público en salud pública para atender las
afecciones y muertes provocadas por el tabaco y la violación a derechos como el
del libre desarrollo de la personalidad, al prohibirle a las personas la
libertad de consumir sustancias sin afectar a terceros.
Nueva Zelanda
Este
país ha hecho historia al ser el primero que aprueba una ley sobre el tabaco
que prohíbe fumar a la siguiente generación de jóvenes. Esta legislación impone una edad legal para fumar,
la cual aumenta anualmente en un intento por convertir al país en 'libre de
humo' para 2025.
Esta
legislación es pionera al implementar el aumento anual de la edad para fumar,
lo que garantiza que no se pueda vender tabaco a ninguna persona nacida a
partir del 1 de enero de 2009.
Esta
acción se encuentra inserta en la iniciativa gubernamental que busca hacer a
Nueva Zelanda 'smoke free' para 2025, la cual contempla como una las vertientes
el proporcionar el mayor apoyo posible para dejar de fumar, dentro de lo que se
encuentra el vapeo.
Desde
2017, el Ministerio de Salud de ese país definió su posición respecto a esta actividad, y en este sentido, determinó que
estos productos tienen el potencial de contribuir a cumplir los objetivos de la
iniciativa "Smokefree 2025", al suponer una exposición menor del
usuario a tóxicos de la que tiene al fumar tabaco.
Los
productos de vapeo están regulados por la Ley de Productos Regulados y
Ambientes Libres de Humo de 1990, con una regulación específica introducida en noviembre
de 2020, la cual establece una serie de límites y requisitos para todos los
productos de este tipo que se venden en ese territorio, entre estos, que todos
los proveedores de este tipo de productos deben notificar a la autoridad sobre
las sustancias y niveles de nicotina que contienen.
En
las últimas semanas y ante una reciente preocupación de que algunas empresas
puedan estar aumentando los niveles legalmente permitidos de nicotina en sus
productos, la autoridad neozelandesa ha realizado una revisión, la cual busca
respaldar el cumplimiento de la regulación. Hasta ahora, no hay evidencia de que
los productos de vapeo que se venden en ese país tengan niveles de nicotina más altos de los permitidos.
Reino Unido
Esta
es una de las naciones pioneras en reconocer al vapeo como una alternativa
efectiva para dejar de fumar. Desde 2015 realiza una revisión exhaustiva sobre
la literatura existente sobre el vapeo, en la que acumula cada vez más
evidencia de que vapear se asocia positivamente con dejar de fumar con
éxito.
Al
igual que la de Nueva Zelanda, la legislación de Reino Unido contempla una
estricta revisión de los productos que han de venderse, en la que los
proveedores están obligados a notificar la Agencia Reguladora de Medicamentos y
Productos Sanitarios (MHRA, por sus siglas en inglés) con el objetivo de que
cumplan ciertos estándares, por ejemplo, que el contenido de nicotina esté
limitado a 20 miligramos por mililitro (mg/mL), antes de que puedan venderse
legalmente.
Los
productos de vapeo que contienen nicotina están regulados por las Regulaciones del Tabaco y Productos Relacionados de 2016
(TRPR).
La
Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios se encarga también de
recopilar información sobre eventos adversos que se cree pudieran estar
asociados con productos de vapeo que contienen nicotina a través de un programa denominado Yellow Card, el cual recibe
notificaciones de reacciones adversas y las documenta.
Ese
país tiene una iniciativa para que el Servicio Nacional de
Salud (NHS, por sus siglas en inglés) subsidie el costo de los cigarrillos
electrónicos para los residentes de bajos ingresos que intentan dejar de fumar,
ya que, sostiene que abrirle la puerta al cigarrillo electrónico recetado con
licencia tiene el potencial de abordar las marcadas disparidades en las tasas
de tabaquismo en todo el país y ayudar a dejar de fumar a las personas, no
importando donde vivan ni su origen.
A
pesar de esto, aún no hay productos de vapeo aprobados para su uso con receta,
ya que la aprobación médica es un proceso mucho más complejo y costoso que el
procedimiento de licencia para productos de consumo.
Francia
Los
franceses recurren al vapeo como primera opción para recibir ayuda externa a la
hora de dejar de fumar tabaco convencional, de acuerdo con una encuesta
realizada hace un par de años por el Servicio de Sanidad Pública de ese país.
De
esta manera, el gobierno francés es uno de los que más se ha mostrado a favor
de esta alternativa para dejar de fumar. Este país cumple con la directiva de
productos de tabaco (TPD, por sus siglas en inglés) de la Unión Europea de
2014, la cual entró en vigor en los estados miembros el 20 de mayo de 2016, y establece reglas sobre la manufactura,
presentación y venta de tabaco y sus productos relacionados, entre estos, los
de vapeo.
Este
marco establece obligaciones por las que los fabricantes e importadores deben
presentar información sobre las características, la composición y las emisiones
de los productos a las autoridades competentes antes de comercializar los
productos en el mercado europeo.
Como
productos de consumo, los de vapeo están sujetos a la obligación general de
seguridad, así como a requisitos específicos (por ejemplo, ingredientes
prohibidos, mezclas químicas peligrosas y equipos eléctricos).
La
Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria, Ambiental y de Salud Ocupacional
(ANSES) se encarga de realizar revisiones sobre los productos de vapeo y
publica regularmente actualizaciones de una lista de productos reportados,
además de que identifica cualquier discrepancia entre la información enviada
por los fabricantes.