El Banco de México decidió recortar la tasa de fondeo a 10.75% en una decisión por mayoría, ya que 3 miembros votaron a favor de recortar y 2 a favor de mantener. La decisión se dio en un entorno donde no había consenso de mercado. En nuestra lectura, el tono del comunicado puede catalogarse como dovish, ya que la guía futura se mantuvo sin cambios en que “hacia adelante, prevé (la Junta de Gobierno) que el entorno inflacionario permita discutir ajustes en la tasa de referencia”. Esta oración sugiere que no hay que descartar más recortes en la tasa de fondeo en los próximos dos anuncios (septiembre y diciembre). Al interior del comunicado se resalta el episodio de volatilidad en los mercados financieros internacionales, incluido México, derivado del incremento en la tasa de referencia del Banco de Japón y la reducción en el dinamismo del mercado laboral de EE.UU. En este sentido, el peso mexicano se depreció, la curva de rendimiento de valores gubernamentales presentó movimiento a la baja, sobre todo en los plazos medios. Adicionalmente, se destacó que en el 2T24 la actividad registró un bajo crecimiento, con lo que se extendió la debilidad que ha exhibido desde finales del año pasado. Respecto al balance de riesgos para la inflación se mantiene sesgado al alza, con el mismo número de riesgos mencionados en el anuncio anterior. Entre los riesgos al alza, Banxico considera: 1) persistencia de la inflación subyacente; 2) mayor depreciación cambiaria; 3) mayores presiones de costos; 4) afectaciones climáticas; y 5) conflictos geopolíticos. A la baja: 1) una actividad económica menor a la anticipada; 2) un menor traspaso de algunas presiones de costos; y 3) que el efecto de la depreciación cambiaria sobre la inflación sea menor al anticipado. La principal argumentación para el recorte fue: 1) la trayectoria descendente de la inflación subyacente y 2) el debilitamiento del crecimiento económico, sin embargo, la decisión fue muy compleja en nuestra opinión, ya que se revisaron al alza los pronósticos de inflación para los siguientes trimestres, en particular para el 4T24 de 4.0 a 4.4%, el balance de riesgos para la inflación se mantiene sesgado al alza y el tipo de cambio se depreció en las últimas semanas. La reacción de los mercados no se hizo esperar. Ahora las tasas implícitas esperan que la tasa de fondeo cierre en 10%, implicando tres recortes adicionales, muy posiblemente de la mano con los que haga la Reserva Federal. Considerando el tono del comunicado es posible anticipar más recortes de los que habíamos estimado, sin embargo serán en decisiones divididas. En tanto el tipo de cambio reaccionó muy marginalmente, posiblemente ayudado por factores externos como la menor restricción en la postura monetaria prospectiva que ofreció ayer el Banco de Japón, así como noticias en torno a ciertas diferencias propuestas en la reforma judicial.
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