La
gastronomía, un componente esencial de la historia, la tradición y la
identidad, se ha convertido también en un motivo importante para visitar un
destino. Según el segundo informe mundial de la OMT sobre turismo gastronómico,
este segmento turístico ofrece un enorme potencial para estimular las economías
locales, regionales y nacionales y promover la sostenibilidad y la inclusión.
El informe se presentó en el tercer Foro Mundial de la OMT sobre Turismo
Gastronómico, celebrado en San Sebastián (España), en cooperación con el Basque
Culinary Center.
En
el segundo informe de la OMT sobre turismo gastronómico se incluyen dieciséis
buenas prácticas de diferentes países sobre temas tales como la estacionalidad,
la formación y la innovación, las iniciativas relacionadas con las tecnologías
de la información y la comunicación e itinerarios relacionados con el vino. La
publicación subraya que, en lo que se refiere a la motivación de los turistas,
la experiencia gastronómica es hoy tan importante como visitar un museo,
disfrutar de la música o admirar la arquitectura de un destino. En este
sentido, el turismo gastronómico tiene un gran potencial para mejorar la
gestión de los destinos, promover las culturas y contribuir a otros sectores,
como la agricultura y la manufactura de alimentos.
El
compromiso del turismo gastronómico con los principios de la sostenibilidad ha
sido una de las conclusiones del Foro celebrado en San Sebastián. Se incluyen
ámbitos como la reducción de la pobreza, el uso eficiente de los recursos, la
protección ambiental y el cambio climático, y la protección de los valores
culturales, el patrimonio y la diversidad.
El
evento contó con la asistencia de alrededor de 250 participantes de 60 países y
fue inaugurado por el secretario general de la OMT, Taleb Rifai, el alcalde de
la ciudad de San Sebastián, Eneko Goia, y el director del Basque Culinary
Center, Joxe Mari Aizega.
Otro
aspecto destacado en el Foro fue que, a través de la experiencia gastronómica,
el viajero hace suyos estos principios. Además, y como conclusión, se subrayó
la necesidad de elaborar medidas políticas apropiadas y un marco fuerte de
gobernanza. Con ello, no solo se facilitaría el compromiso de los actores que
intervienen, sino también la interacción entre ellos, así como la forja de
alianzas público-privadas.
La
unión entre gastronomía y turismo ofrece, por lo tanto, una plataforma para
revitalizar culturas, conservar el patrimonio material e inmaterial, empoderar
a las comunidades y fomentar el entendimiento intercultural. Estos aspectos se
trataron especialmente durante las experiencias prácticas incluidas en el Foro,
como una clase de cocina y una cena de productos frescos.
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