En
un mundo cada vez más tecnológico, donde las transacciones financieras pueden
realizarse a través de un teléfono inteligente o con tarjetas de crédito o
débito tradicionales, las personas hoy en día todavía sienten la necesidad de
pagar con dinero en efectivo. En este contexto, la demanda de cajeros
automáticos sigue creciendo. El número de ATMs a nivel mundial ascenderá a 3,7
millones en 2018[1]. La realidad es que proporcionan varios beneficios para los
usuarios y las entidades como la reducción de largas colas y facilitar el
manejo de efectivo dentro de las sucursales. No obstante, la implementación de
cajeros automáticos significa más efectivo en circulación y, en consecuencia,
mayor riesgo para los clientes
¿Cómo
se ven afectados los usuarios?
La
copia de datos almacenados en la banda magnética de la tarjeta de débito o de
crédito, cuando se coloca en el lector de tarjetas, sigue siendo el principal
problema para los cajeros automáticos. Más del 92% de los delitos en los
cajeros automáticos en todo el mundo está relacionado con la copia de esta
información. Otros tipos de ataques se focalizan en que los delincuentes se
aseguran de que el dinero se quede atrapado en el dispensador de efectivo para
que posteriormente lo puedan extraer. Ante este panorama, la inversión de los
fabricantes en el desarrollo y diseño de características de seguridad más
avanzadas continúa, incluyendo soluciones anti-copia y el uso de nuevo hardware
que resiste a los ataques con uso de explosivos sólidos o de gas.
De
acuerdo con la Subsecretaría de Prevención del Delito en México, entre los
meses de enero y febrero de este año, ocurrieron 36 ataques a cajeros
automáticos. En algunos estados de la República Mexicana se han producido hasta
90 ataques a cajeros automáticos y sucursales bancarias en los primeros meses
del año. Además de México, las entidades de diferentes países como Colombia,
Chile y Venezuela a diario reciben quejas sobre el tema y lamentablemente los
casos se detienen ahí, acrecentando el problema al no contar con una
investigación posterior.
En
todos los casos, estas situaciones se pueden prevenir de dos maneras: con
cámaras instaladas en las áreas externas de los cajeros automáticos con el fin
de evitar que los criminales puedan tomar ciertas acciones, pero sobre todo con
cámaras que puedan ser utilizadas dentro del cajero, para hacer análisis de
escenas sospechosas, como las personas que han visitado el mismo lugar más de
una vez, días antes de un atraco.
Videovigilancia
IP de Axis como solución
Ante
estas amenazas, las soluciones de videovigilancia y sistemas basados en IP de Axis
Communications permiten proteger los cajeros automáticos y sus usuarios de una
forma integral. Actualmente, la confianza por las tradicionales cámaras de
seguridad analógicas incorporadas en combinación con los DVR ha disminuido ya
que, habitualmente, generan video de baja calidad, muchas veces inútil para el
uso forense. Por ello, Axis ofrece al mercado cámaras de red de menor tamaño
las cuales cuentan con todos beneficios de las cámaras de vigilancia IP
tradicionales, con calidad HDTV, y que son lo suficientemente flexibles como
para ser instaladas en cajeros automáticos. Estos dispositivos también pueden
ajustarse a las condiciones cambiantes de iluminación, reducir la luz de fondo
y ofrecer imágenes nítidas independientemente del escenario.
Con
estos equipos, los bancos también pueden utilizar grabaciones de video en alta
calidad directo desde la cámara a través de una tarjeta SD - eliminando la
necesidad de hardware adicional, como un DVR instalado dentro del cajero
automático-, reduciendo así los costos. Por otro lado, el acceso remoto hace
posible descargar imágenes desde cualquier lugar, acortando el tiempo de
descarga para realizar la investigación rápidamente.
Además,
las aplicaciones adicionales de video inteligente que se ejecutan en la cámara
frustran los esfuerzos de los delincuentes. Las alertas se pueden enviar cuando
se observa un comportamiento específico, por ejemplo, una persona con
movimientos sospechosos situado cerca de un cajero automático durante mucho
tiempo sin realizar realmente ninguna transacción en el cajero automático. Del
mismo modo, la tecnología de reconocimiento facial se utiliza para verificar
que el titular de la tarjeta es el mismo que la persona frente al cajero
automático. El rendimiento de un sistema
de reconocimiento facial depende en gran medida de la calidad de las imágenes
capturadas, por ello, las cámaras IP con calidad HDTV resultan la mejor opción.
Cualquier
investigación depende de la evidencia disponible para identificar criminales,
que son cada vez más audaces. Con las cámaras se puede hacer un análisis del
comportamiento de los delincuentes, ya que siempre hay gestos más exagerados y
que son típicos en este tipo de delito. Y los softwares de análisis son muy
específicos para detectar este tipo de movimientos, ofreciendo así la
posibilidad de tomar decisiones inmediatas ante un acto criminal en potencia o
para reportar algún caso sospechoso.
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