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Los fraudes
serán más rápidos, personalizadas y mucho más creíbles en 2026.
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En los próximos años el fraude se sofisticará
pasando del
clásico mensaje de phishing a detalles más específicos de la víctima o los
hábitos digitales
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BioCatch
señala las estafas más frecuentes que crecerán hacia 2026, y propone
recomendaciones para prevenirlas.
15 de diciembre del 2025,
Las estafas bancarias en
América Latina han evolucionado de ataques masivos a esquemas personalizados altamente sofisticados, y que
utilizan tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial (IA) para engañar a las víctimas. Todo
apunta a que los fraudes serán más rápidos, personalizados y mucho más creíbles.
Los fraudes seguirán causando estragos en los bolsillos del usuario
y en las instituciones bancarias ya que continuarán siendo un problema
persistente, evolucionado con las nuevas tecnologías y métodos de pago. De
acuerdo con Payments and Commerce MarketIntelligence (PCMI), firma en inteligencia de pagos a nivel global, las
tarjetas de crédito aún conservan la mayor cuota de mercado en métodos de pago
por comercio electrónico en Latinoamérica (2024), equivalente al 42%. Mientras
que el uso de tarjeta de débito y billeteras digitales constituyen el 12% y 10%,
respectivamente,.
Para el próximo año, se
espera que las estafas digitales abarquen una amplia variedad de tácticas
utilizadas por los ciberdelincuentes para engañar tanto a personas como a
empresas. Lo que se espera es una evolución de las amenazas impulsada
principalmente por la integración de la IA, que permitirá personalizar y hacer
más realistas los ataques, incluidos los deepfakes (de audio y video) y el
fraude dirigido a los pagos móviles.
De acuerdo con Josué Martínez, Global advisor de BioCatch Latam, en los próximos meses el
fraude se sofisticará pasando del clásico mensaje de
phishing a detalles más específicos de la víctima o los hábitos digitales,
considerando que cada vez existe más información disponible de la víctima.
A fin de evitar sorpresas, el
directivo hace un llamado al consumidor y a las instituciones financieras a
tener cuidado con las siguientes estafas:
Fraude BEC (Business Email Compromise). La ausencia de un proceso de verificación secundario —debido
a la falta de gerentes o personal financiero disponible durante períodos de
alta demanda— facilita que solicitudes fraudulentas, como cambios de datos
bancarios de proveedores o transferencias urgentes, se concreten con éxito.
Deepfakes. Contenidos audiovisuales (videos, imágenes,
audios) manipulados o generados mediante IA que imitan la apariencia y la voz
de una persona real. Los ciberdelincuentes explotan esta tecnología para la
suplantación de identidad, autorización de transacciones fraudulentas, evasión
de autenticación biométrica e ingeniería social avanzada.
Estafas
en compras. Los
estafadores no solo crean sitios desde cero, sino que también duplican páginas
web de tiendas legítimas para engañar a los usuarios y capturar datos
personales y dinero. Por ejemplo, las páginas falsas que imitan a Amazon
aumentaron 232% en octubre respecto a septiembre. Las redes sociales también
son un terreno fértil para estos engaños.
Estafas
de inversión Los delincuentes
crean sitios web o aplicaciones que simulan ser plataformas de inversión
legítimas, a menudo utilizando tácticas de phishing o suplantación de identidad
para obtener datos personales y bancarios.
Prevención del fraude antes de que ocurra
Ante el aumento de las
estafas, las instituciones financieras deben adoptar un enfoque integral para
proteger a los usuarios finales. La clave estará en prevenir el fraude antes de
que ocurra, en lugar de limitarse a reaccionar después. En este contexto, Josué
Martínez propone las siguientes recomendaciones:
▪
Utilizar Biometría conductual - Esta
tecnología analiza los patrones únicos
de interacción digital de un usuario (como el movimiento del ratón, la
velocidad de escritura y la forma de sujetar el dispositivo) para detectar proactivamente anomalías e
identificar actividades fraudulentas en tiempo real. Gracias
a que utiliza algoritmos de aprendizaje automático para analizar grandes
volúmenes de datos e identificar patrones sutiles que delatan la actividad
criminal, como el uso de bots o el control de cuentas por parte de un impostor.
▪Implementar Programas de educación financiera - Promover entre los usuarios campañas
educativas que les permitan adquirir conocimientos prácticos para tomar
decisiones financieras informadas, reduciendo su vulnerabilidad y aumentando su
capacidad para afrontar emergencias económicas.
▪Participación
de la banca en plataformas colaborativas de intercambio de inteligencia - La fragmentación de datos
entre instituciones bancarias favorece a los actores malintencionados, por lo
que es importante compartir indicadores de compromiso, bloquear transferencias
en tiempo real cuando múltiples instituciones detectan un mismo patrón
delictivo, además de integrar datos con entidades regulatorias y fuerzas de
seguridad.
Por último, Josué Martínez recuerda a los
usuarios que, para evitar estafas, es fundamental.
1)
No compartir datos personales ni
bancarios
2)
Desconfiar de correos, mensajes y
llamadas desconocidos
3)
Verificar la seguridad de los sitios web
4)
Utilizar contraseñas seguras acompañadas
de autenticación de dos factores.
5)
Mantener los dispositivos actualizados y revisar
con regularidad los estados de cuenta para identificar movimientos sospechosos
De esta manera, las personas usuarias de
la banca digital no solo reducen significativamente la probabilidad de caer en
un fraude financiero, sino que fortalecen su seguridad, protegen su patrimonio
y ejercen un control más consciente y responsable sobre sus operaciones en
línea.
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