dirigirme a ustedes un día después de la entrega del Paquete Económico
2026 al Congreso de la Unión conforme a lo establecido en la Ley, con el
propósito de presentar los fundamentos que sustentan su diseño y el
contexto macroeconómico en el que fue elaborado.
La presentación de este paquete se realiza bajo un entorno internacional
aún complejo, marcado por recientes tensiones comerciales y geopolíticas
que han desafiado la estabilidad macroeconómica global. México, sin
embargo, se ha mostrado resiliente ante las presiones externas, muestra de
ello es que, durante la primera mitad de 2025, el crecimiento del PIB superó
las expectativas de analistas nacionales e internacionales y se encuentra en
curso de alcanzar un crecimiento de entre 0.5% y 1.5% en términos reales
respecto del año anterior.
La fortaleza de nuestra economía descansa en tres pilares fundamentales.
Un mercado laboral dinámico, niveles de desempleo en mínimos históricos
y salarios reales crecientes que permiten garantizar un piso social mínimo y
mantener la solidez del mercado interno. En segundo lugar, una trayectoria
de la inflación decreciente, ubicándose en 3.5% anual en su dato más
reciente, nivel concordante con el rango objetivo del Banco de México,
mismo que no se alcanzaba desde 2021. Para lo cual han contribuido la
renovación del PACIC y los acuerdos con estaciones de servicio para
mantener los precios de la gasolina.
Y, en tercer lugar, un sector externo dinámico y fuerte, con altos
crecimientos en sectores de alta tecnología – como equipos electrónicos y
de cómputo - respaldando la posición comercial favorable de México en un
contexto global incierto.
1
En la primera mitad de 2025, derivado de la incertidumbre en torno a la
política comercial de Estados Unidos, el mercado cambiario experimentó
periodos de volatilidad. Sin embargo, aún con presiones externas, el peso
mexicano logró mantenerse estable por debajo de los 19 pesos por dólar.
Del mismo modo, las primas de riesgo de crédito de México, medidas a
través del precio de la cobertura de incumplimiento crediticio a 5 años
(CDS), han mostrado movimientos a la baja, ubicándose actualmente en 94
puntos base después de haber alcanzado niveles superiores a 160 puntos
base en abril.
De manera paralela, los diferenciales de tasas de interés entre los bonos del
gobierno de México y los de Estados Unidos se han comprimido de forma
significativa en los últimos meses y la Bolsa Mexicana de Valores ha
alcanzado máximos históricos, mientras que la Inversión Extranjera Directa
alcanzó un récord de 34 mil millones de dólares al segundo trimestre de
2025, reflejando la confianza de los inversionistas nacionales y extranjeros
en los fundamentos macroeconómicos del país.
Finalmente, con respecto del sistema financiero, los balances bancarios en
México continúan mostrando niveles adecuados de capitalización - en torno
a 19% - y se encuentran con liquidez suficiente para mantener el crédito en
expansión, esto gracias a que el Gobierno de México ha implementado
medidas para preservar en todo momento la estabilidad del sistema,
blindándolo frente a choques externos.
En este contexto, el día de ayer presentamos un paquete económico 2026
que refleja los principios centrales de nuestro modelo de desarrollo, basado
en una política económica que amplía los derechos sociales, impulsa el
crecimiento y preserva la estabilidad macroeconómica, con el objetivo de
mantener una senda de consolidación fiscal gradual, preservar la inversión,
sostener el empleo y estimular la actividad productiva, con niveles de deuda
sostenibles en el mediano plazo.
2
Nuestro compromiso es dar continuidad a los avances alcanzados en
materia social, entre los que destaca la reducción de la pobreza en 13.4
millones de personas entre 2018 y 2024, al tiempo que se impulsan
inversiones estratégicas y se reduce la desigualdad. Por ello, las principales
características de este Paquete Económico se enfocan en garantizar los
programas de bienestar, salud, educación y vivienda social, al mismo tiempo
que se asegura la ejecución de inversión pública en proyectos prioritarios,
en coordinación con el sector privado, para fortalecer el Plan México.
Para 2026 se asignarán recursos equivalentes a 3% del PIB destinados a
programas sociales, con impacto directo en aproximadamente 82% de los
hogares. Entre ellos destaca la Pensión Mujeres Bienestar, que otorgará
cobertura universal a mujeres de 60 a 64 años, complementando la pensión
para personas adultas mayores y con discapacidad.
En el ámbito educativo, la Beca Rita Cetina garantiza la continuidad escolar
de niñas, niños y adolescentes en todo el país. En materia de salud, la
consolidación del IMSS-Bienestar unifica la atención de la población sin
seguridad social, reforzada con iniciativas como Salud Casa por Casa,
Laboratorio en tu Clínica y la compra consolidada de medicamentos, lo que
permite ampliar la cobertura y reducir brechas regionales.
Bajo el Plan México, se canalizarán más de 228 mil millones de pesos a
infraestructura estratégica. Destacan la expansión ferroviaria en los tramos
AIFA–Pachuca y Querétaro–Irapuato, la modernización de los corredores
carreteros Ciudad Valles–Tampico y Saltillo–Monclova, así como proyectos
en infraestructura portuaria, hídrica y agrícola. Estas inversiones impulsarán
la integración regional, para generar empleo formal.
Del mismo modo, dentro de este presupuesto se considera el papel
fundamental que PEMEX y CFE jugarán en materia energética para el país,
las cuales aportarán las bases de un crecimiento sostenible de la mano de
los proyectos de infraestructura.
El esfuerzo del Gobierno de México para garantizar la soberanía energética
nacional, se ha visto reflejado en las recientes acciones positivas por parte
3
de las agencias calificadoras crediticias para PEMEX y el Gobierno de
México, muestra de la credibilidad de los inversionistas nacionales y
extranjeros sobre los planes de negocios de ambas empresas y de la recién
anunciada estrategia de capitalización y financiamiento de PEMEX.
Nuestro compromiso por continuar impulsando el desarrollo productivo del
país, está respaldado por una iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación
que reafirma el compromiso con un México más justo y equitativo. Se
estiman ingresos totales por 8.7 billones de pesos de los cuales, se proyecta
que los ingresos tributarios continúen siendo el principal pilar con 5.8
billones de pesos, mostrando un crecimiento real de 5.7% respecto de 2025
y un máximo histórico de 15.1% del PIB.
Este avance será posible gracias al combate a la evasión, y a la inclusión
de herramientas digitales para i) facilitar el cumplimiento de los
contribuyentes, ii) simplificar trámites, iii) modernizar aduanas y iv) reforzar
la fiscalización.
La iniciativa de Ley de ingresos 2026 también incorpora medidas de carácter
extrafiscal dirigidas a salvaguardar la salud y a ampliar la base tributaria.
Entre las medidas propuestas destacan que no serán deducibles las cuotas
pagadas al IPAB por parte de las instituciones de la banca múltiple
destinadas al pago de los pasivos del FOBAPROA. Por otra parte, se
concede un beneficio a las personas físicas y morales que retornen o
ingresen recursos de procedencia lícita al país, con el objetivo de que dichos
recursos sean invertidos en actividades productivas que coadyuven al
crecimiento económico de México.
En paralelo, se proponen ajustes al IEPS en bebidas azucaradas y tabacos
a partir de 2026, con el doble propósito de incentivar hábitos de consumo
más saludables y contribuir a financiar los costos presupuestarios asociados
a enfermedades crónicas.
Al robustecer la estructura tributaria y ampliar la base gravable, se
incrementarán los ingresos de la Recaudación Federal Participable. Este
mecanismo permitirá a las entidades federativas contar con mayores
4
recursos para atender necesidades en salud, educación, seguridad e
infraestructura.
En este marco, las proyecciones para 2026 contemplan un déficit
equivalente a 4.1% del PIB, reflejando una reducción de 1.6 puntos
porcentuales respecto de 2024, y menor a nuestra previsión de cierre de
2025 de 4.3% y un nivel de deuda pública de 52.3% del PIB, parámetros
consistentes con una gestión responsable de las finanzas públicas. Con esta
visión, las finanzas públicas se convierten en un instrumento para reducir
desigualdades, ampliar oportunidades y asegurar que el desarrollo
económico llegue a cada región y cada familia de nuestro país, preservando
al mismo tiempo, la estabilidad fiscal y macroeconómica requeridas para
mantener un balance fiscal sostenible en el largo plazo. Muchas gracias por
su atención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario