Luego del anuncio por parte de los grupos aeroportuarios sobre la notificación de
la revisión de las tarifas máximas por parte de la SICT, los precios de las acciones
sufrieron un descalabro considerable.
A 10 mil pies de altura creo que vale la pena hacer las siguientes consideraciones:
1. No es una expropiación.
2. Pensamos que posiblemente el móvil detrás de la modificación en la
regulación de tarifas tiene que ver con la precepción de que la TUA de los
aeropuertos mexicanos (tarifa máxima aplicable) son elevadas. En
promedio los aeropuertos mexicanos cobran una TUA de 30 dólares, en tanto
Cancún que representa el 18% del tráfico total del sistema, tiene una tarifa de
12 dólares. Consideramos que la reducción en las TUA no detonarían una
mayor demanda de vuelos, ya que el consumidor no decide volar a uno u otro
destino, o bien elegir otro medio de transporte cuando se reducen de manera
poco significativa los precios.
3. El título de concesión garantiza implícitamente de retorno sobre el capital
invertido. Esto quiere decir que si se reducen las tarifas se tendría que
ampliar el plazo de la concesión. De hecho así ha sucedido en los últimos
eventos en los que el gobierno ha interferido en materia privada, hay que
recordar el tema de los gasoductos o las vías férreas.
4. El AICM tiene un pasivo proveniente de la cancelación del NAIM y los
flujos procedentes de la TUA dan servicio a los bonos, por lo que parecería
contra intuitivo revisar sensiblemente a la baja la TUA del sistema
aeroportuario.
No tenemos mayor información que la desplegada en los eventos relevantes por
parte de los grupos aeroportuarios el día de ayer, pero vale la pena considerar los
puntos antes mencionados a la hora de tomar una decisión.
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