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Las
obras ganadoras de la Gran FInal son provenientes de Michoacán,
Ciudad de México y Colombia
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El
premio en Dramaturgia, Salud mental y Derechos Humanos fue para “Bipolar”, de Adrián
Cabrera; se anunció que el próximo año la convocatoria será a nivel
nacional
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Los
docentes galardonados, Francisco Álvarez, Rafael Pimentel y Laura Moss,
exhortaron a las nuevas generaciones a luchar por espacios teatrales, mantener
la pasión y no dejar que el teatro muera
En un Teatro Juan Ruiz de Alarcón lleno de
las nuevas generaciones de teatreros, docentes, directorxs, comunidad y
público, el pasado 10 de septiembre se realizó la Ceremonia de premiación y clausura de la edición número 30 del Festival Internacional de Teatro
Universitario (FITU) en la que resultaron ganadores en sus diferentes
categorías obras provenientes de la Ciudad de México, Michoacán y Colombia;
además, se entregó el premio de la convocatoria Dramaturgia Salud mental y
Derechos Humanos, así como distintas menciones honoríficas y el Reconocimiento
“Luisa Josefina Hernández” a dos docentes de la UNAM y una maestra de Veracruz.
Tras 10 días de intensas actividades que
incluyeron la presentación de 23 obras en competencia y otras 17 de exhibición
de distintas partes de México y el mundo, contando performances e instalaciones
digitales, además de 7 talleres y 1 laboratorio con 137 participantes, 2 mesas redondas, 2 conferencias magistrales, 2
conversatorios, con presencia de más de 9 mil personas de público
Ante más de 400 personas, el director de
Teatro UNAM, Juan Meliá, comentó que dentro de la programación que se
desarrolló sucedieron actividades que llenan de esperanza rumbo al día a día de
las nuevas generaciones de creadores escénicos, así como la alegría que causó
la participación constante y comprometida de las escuelas a través de las obras
programadas vía la convocatoria nacional e internacional.
“Entre todas y todos considero que debemos
ser capaces como gremio, como comunidad escénica, de ayudar a garantizar una
vida académica y profesional vibrante, propositiva, inclusiva, diversa.
Intentando mejorar siempre las condiciones de producción, programación,
circulación y trabajo, defendiendo la libertad artística y creativa, y
generando siempre vías de crecimiento e integración de las jóvenes generaciones
al mundo profesional”.
El
trabajo en las aulas
Como parte de la ceremonia, se presentó la
cuarta emisión del Reconocimiento “Luisa
Josefina Hernández” a la docencia teatral, el cual distingue la trayectoria
de docentes cuyo compromiso y generosidad han marcado a varias generaciones de
creadores y creadoras escénicas.
“Doy gracias a tantas personas que
marcaron mi vida a lo largo de todos estos años, en los que me brindaron la
oportunidad de crecer personalmente y sobre todo me brindaron su confianza.
José Caballero, que me brindó la posibilidad de trabajar como técnico de
iluminación; Raúl Zermeño me impulsó a trabajar como Jefe de Departamento de
Producción del CUT y me permitió iniciar una carrera como docente en producción
y mecánica teatral, donde descubrí el placer de dar clases”.
También agradeció a José Ramón Enríquez y
Antonio Crestani al poner en sus manos los trabajos de realización de
escenografía e iluminación de las puestas en escena del CUT durante 12 años; y
a Mario Espinosa, por encargarle todas las producciones de la escuela y la
responsabilidad de cuidar varias generaciones durante los viajes de gira en
México y el extranjero. Además de externar su alegría y satisfacción, reconoció
que en esta labor su familia fue sacrificada con su ausencia y les agradeció su
amor.
Enseguida, se entregó el reconocimiento
por el Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la Facultad de Filosofía y
Letras a Rafael Pimentel Pérez,
quien ha sido maestro de actuación y pantomima por más de 50 años en diversas
instituciones públicas y privadas, recibiendo premios de la crítica
especializada. Perteneció al elenco estable del Centro de Experimentación
Teatral del INBAL, fue becario ejecutante del FONCA y Secretario Académico de
la ENAT del INBAL.
Pimentel subió al escenario entre risas al
protagonizar una caída que primero asustó a los presentes, pero después, al
mostrar su nariz de payaso hacia el público, los gritos se tornaron en aplausos
al darse cuenta de que fue parte de su pantomima que complementó con unos
divertidos pasos. El maestro compartió el premio con muchos de sus compañeros
que por diversas razones ya no están en la Facultad, la cual consideró como un
vertedor eterno de maestros de teatro; además, se comprometió ante sus nietos a
volver a hacer teatro para niños.
“A todos aquellos que han compartido el
aula conmigo, la mitad del proceso de enseñanza-aprendizaje han sido mis
alumnos, los maestros que tuve en el CUT, los maestros de las compañías de
teatro. Cuando yo trabajé en una compañía decían: ¡los actores a escena y el
mimo!, cómo si detrás de un mimo no hubiera un actor”.
Pimentel reclamó que los espacios
teatrales en la ciudad y el país vayan a menos y exhortó a los jóvenes a tener
la fuerza para incidir en las políticas culturales para que el teatro no muera:
“Entre ustedes están los futuros funcionarios de México, desde el punto de
vista del teatro, no se olviden de lo que los estoy pidiendo, luchen por
conseguir espacios. El teatro es una obligación de cualquier gobierno hacerlo y
hacerlo bien”, pronunció, tras lo cual recibió una gran ovación.
Juan Meliá tomó la palabra para señalar
que el reconocimiento se creó en un principio para reconocer a los maestros de
la Facultad y del CUT; sin embargo, mencionó que es
fundamental se reconozcan también a maestros de otras escuelas más allá de las
Universitarias y en esta ocasión, se pensó en una docente de la Facultad de
Teatro de la Universidad Veracruzana, ya que fue la
compañía que participó en el FITU como parte del programa Crear en Compañía.
La galardonada fue Laura Moss, admirada maestra y creadora escénica dentro y fuera de
México. Es asesora interpretativa y escénica en espectáculos de ópera,
flamenco, danza contemporánea y comedia musical. Licenciada en Educación
Artística, con perfil especializado en Teatro, por la Universidad Veracruzana
(U.V.) y con estudios de Psicología en la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Laura subió al escenario bailando y en su
discurso abogó por las escuelas de arte en las universidades públicas y
compartió que antes de venir a México desde Argentina, la UNAM siempre resonó
porque muchos exiliados del sur han llegado al país y ha sido un recinto para
recibir a los intelectuales, a los artistas y a los maestros que han llegado
con el corazón roto por una patria destruida llena de muerte.
“La pasión es esto que nos mueve, que nos
da energía para pasar nuestros límites, amo estar en el salón de clases, es la
razón primordial que me llena de sentido cada día para ir a la escuela…creo que
la docencia teatral es un acto de amor, y que es un acontecimiento, es un
convivo creativo del que surgen semillas, surgen frutos, muchas veces el teatro
se gesta en el silencio, en lo invisible de los salones, donde nadie nos ve,
pero todo ocurre”, concluyó entre aplausos.
Escritura
teatral con enfoque salud mental y derechos humanos
El FITU y Teatro UNAM se han preocupado por el
quehacer dramatúrgico, abriendo nuevas oportunidades para los jóvenes
dramaturgos; por ello, en alianza con Cátedra Nelson
Mandela de Derechos Humanos en las Artes y la Dirección de Teatro UNAM, se
convocó a las personas inscritas en el Centro Universitario de Teatro o en
cualquier programa de licenciatura de la Facultad de Filosofía y Letras y de la
Facultad de Psicología a participar en el segundo concurso de escritura
teatral.
Este año estuvo enfocado en Dramaturgia, salud mental y derechos
humanos. Hacia la construcción poética de un mundo libre de violencias,
cuyo premio fue entregado por Juan Meliá, director de Teatro UNAM y Bruno
Velázquez, de la Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos en las Artes, quien
destacó que cada año se va a expandiendo esta convocatoria y la idea es que el
próximo año sea a nivel nacional.
“Al abrir esta convocatoria esperábamos dar una oportunidad
para escucharnos, rescindirnos y retratarnos, acompañándonos para posibilitar
una salida que fuese a su vez el inicio de nuevos caminos desde donde
pudiésemos pensar una angustia existencial, la
nostalgia, la locura, la memoria, el olvido, la ansiedad, el dolor, las
tristezas, las neurodivergencias, la depresión, la soledad y el suicidio,
problemas fundamentales desde donde podemos pensar y sentir el significado del
arte”.
Bruno añadió que se recibieron 18
proyectos y gracias a ellos se aprendió que “no estamos solos, ni siquiera
cuando damos un monólogo, que somos todas suficientes, que no tenemos que
demostrarle nada a nadie, que estamos además siempre acompañados, y que en la
vida como en el teatro no se trata solamente de llegar a aquel lugar al que
vamos, sino de llegar con bien”.
El jurado estuvo integrado por Ángel
Hernández, Paolo Pagliai y Fana Adjani, esta última agradeció a los
participantes por su valentía y por poner el corazón en cada uno de sus textos,
algo emocionante y alentador. Ángel anunció como texto ganador a Bipolar,
de Adrián Cabrera.
“Por ser un texto bien estructurado,
teatralmente construido y con un lenguaje creativo que logra capturar al
público. Hay un trasfondo discursivo y un texto congruente donde el autor logra
comunicar lo que quiere decir. Evoca al lector a identificarse con la obra y
entrar en un proceso transformador con respecto al momento particular en el que
vivimos, involucrando temas sobre derechos humanos y salud mental”, se asentó
en el acta.
El jurado también otorgó por cuatro
menciones honoríficas a Nunca abraces a un monstruo, de
Karla Cecilia Esquivel Ramírez; De viajes y viajeras, de Uriel Reyes
Feria; Vectores, de Ilse Jiménez; y a Histeria
¡Y
los ganadores de la Gran Final!
Entre el público se encontraban las y los
participantes de esta edición del 30
FITU, quienes impacientes esperaban el anuncio de las puestas en escena en
cada una de las seis categorías y subcategorías.
En la Categoría
A. Nivel Bachillerato, resultó
vencedora “De
la calle”, de la escuela COBAEM, Plantel Uruapan, Michoacán, escrita por Jesús González Dávila, con dirección y
adaptación libre de Daniela Concepción Zúñiga Bravo. El jurado estuvo integrado
en su primera etapa por Sol Sánchez y Carlos Herrera y para su etapa final por
Misha Arias, Libertad Mardel y Darling Lucas.
En la Categoría
B. Nivel licenciatura sin
especialidad en teatro, el premio fue para “La última y nos
En la Categoría
C, la cual pone en el centro a las escuelas que se dedican a la
profesionalización del teatro y contó con participación nacional e
internacional, en sus cuatro subcategorías resultaron ganadoras:
C1. Montajes
estudiantiles dirigidos por estudiantes, “Yo he querido gritar”, de la ASAB
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, en Bogotá, Colombia, escrita por Tania Cárdenas y dirigida por Leonardo
Merchán. El jurado de la primera etapa estuvo conformado por Elizabeth Pedroza
y Adrián Aguirre y para la etapa final los jurados fueron Erzy Joseff, Paola
Izquierdo y José Manuel Majul.
C2.
Montajes estudiantiles dirigidos por docentes, “Ui
did it”, de la Escuela Nacional de Arte Teatral,
en la Ciudad de México, de Bertolt Brecht, con adaptación de Samuel Arcadia,
Alejandra Domínguez, Lola Luna, Cristian Ramos y Leonardo Ledesma y dirección
de Nohemí Espinosa. El jurado lo integraron Paula Watson y Daniel Bretón en su
primera etapa y al final Ricardo Rodríguez, Alejandra Ballina y Silvia Ortega.
C3.
Montajes de personas egresadas, “Todavía D.F.”,
de
C4.
Montajes de Teatro para Infancias, “Isla popotes o la historia de cuando quise
abrazar un ave salvaje”, del Centro Universitario de Teatro, Colegio de Literatura Dramática y
Teatro y Escuela Nacional de Arte Teatral, en la Ciudad de México, escrita por
Andrea López Ruiz y Luz Barragán y dirigida por Alondra Cuadrilla. El jurado de
la primera etapa estuvo conformado por Clarissa Malheiros y Carolina Garibay y
en la etapa final se contó con Daniela Arroio, Marcela Castillo y Anelvi
Rivera.
Los jurados también hicieron 28 menciones
especiales a compañías e integrantes por mejor dirección, actuaciones
destacadas, ensambles actorales, movimiento escénico, pertinencia temática,
entre otros, a cuyos merecedores se les invitó a subir al escenario para
recibir su reconocimiento.
Antes de despedirse y desear larga vida al
Festival, los presentadores Paola y Antonio reiteraron el llamado de Juan Meliá
a participar en la encuesta del #FITUdeseado
a través de la página de Teatro UNAM, para hacer saber sus anhelos respecto al
futuro del Festival, qué temáticas consideran necesarias y qué sugieren para
mejorarlo.
La ceremonia concluyó con el mariachi en
el escenario del Teatro Juan Ruiz de Alarcón y como en todo festejo, no faltó
el pastel por los 30 años del Festival,
el cual fue compartido con todos los asistentes en el vestíbulo del recinto;
mientras que afuera, DJ Bonsai, quien también amenizó la ceremonia, siguió con
la música para que las y los jóvenes premiados continuaran
con la celebración.
Para obtener más información sobre las
obras galardonadas, los premios y las próximas convocatorias, les invitamos a
visitar la página https://teatrounam.com.mx y las redes sociales de @TeatroUNAM y
@festival.
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