El diseñador de joyas mexicano más internacional, Daniel Espinosa, sigue poniendo el nombre de México y sus tradiciones muy en alto, en esta ocasión ha sido invitado por el exclusivo hotel Tótem de Madrid a diseñar un altar de muertos para que españoles y visitantes extranjeros puedan conocer más sobre la cultura mexicana y el fascinante y único tributo que se le rinde a los seres queridos que ya no están, por medio de los altares.
Para este altar el diseñador se ha inspirado en dos personajes icónicos de México, Frida Kahlo y Diego Rivera, grandes artistas reconocidos mundialmente que siguen siendo recordados por su historia de amor y el legado cultural que dejaron.
Frida y Diego como se les conoce cariñosamente fueron una pareja de pintores mexicanos que contrajeron matrimonio en 1929 y que protagonizaron una historia de amor apasionada y tormentosa que sigue siendo recordada en nuestros tiempos.
La obra de Frida Kahlo gira temáticamente en torno a su biografía y cada una de sus pinturas representa su lucha, amor, desamor y sufrimiento, ha cautivado la escena mundial, en sus inicios fue maestra de pintura en la Escuela de Artes Plásticas y miembro del Seminario de cultura Mexicana. En 1938 montó su primera exposición individual en la Julien Nevy Gallery de Nueva York. Sus trabajos fueron incluidos en la exposición “Mexique” de 1939 que se presentó en la galería Renou Et Colle, participó también en la exposición Internacional de Surrealismo organizada en 1940 en La Galería de Arte Moderno de la Ciudad de México, instituciones tan importantes como El Museo de Arte Moderno de Nueva York y El Centro Georges Pompidou alojan algunas de sus obras, actualmente Frida Kahlo es considera una de las mexicanas más reconocidas del mundo y sus pinturas están valuadas en millones de dólares.
Por su parte Diego Rivera es reconocido como uno de los muralistas más importantes en la historia, famoso por plasmar obras de alto contenido político y social, y que está ligado e influenciado por Madrid ya que estudió en el taller de uno de los paisajistas más famosos de España en aquel momento, Eduardo Chicharro.
Rivera plasmó en su obra la historia de México pintando frescos para la Secretaría de Educación Pública, La Escuela Nacional de Agricultura y El Palacio de Bellas Artes. Pero donde verdaderamente Diego Rivera creó una imagen visual de la identidad mexicana moderna fue en los frescos que a partir de 1929 pintó en El Palacio Nacional de México, es su gran obra y en ella ilustra la historia de México desde la época precolombina.
Rivera también pintó obras para el Instituto de Arte de Detroit y un gran mural para el Rockefeller Center en Nueva York al que tituló “El hombre en la Encrucijada”.
Frida y Diego, Diego y Frida, recordados siempre y más que nunca en los altares mexicanos cada día de muertos que hoy Daniel Espinosa recrea de manera imponente para ser compartidos en Europa y que toma como inspiración principal el mural de Diego Rivera llamado “Una noche de Verano” ubicado en la Alameda Central que refleja el arte y la pasión que esta pareja de artistas sentían por nuestro pueblo, sus costumbres, sus colores y sabores, pero sobre todo sus tradiciones y es que en la obra se ven reflejados los elementos mas importantes que Rivera tomo e hizo gala de una profusion de siluetas y elementos como la Catrina, la misma Frida a un lado y el colorido fabuloso de un domingo cualquiera pletórico de color y estética unica que Diego logra en esta bidimensionalidad transportarnos a ese momento.
El altar además de tener todas las piezas tradicionales como calaveritas de dulce, papel picado, veladoras, etc. Exhibe un collar que perteneció a Frida Kahlo, firmado por el precursor de la platería mexicana moderna, el arquitecto William Spratling y que logra con su ojo creativo y pasión por la creación un nuevo lenguaje en la joyería en Taxco y convierte este metal precioso en una obra de arte que se inmortalizó al llegar a las manos de la pintora mexicana más reconocida a nivel mundial.
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