Por
María Gutiérrez, Directora de Seguridad de Fujitsu
Nunca
más que ahora es necesario proteger nuestro entorno, vivimos en un mundo
completamente sensorizado, donde hemos hecho un despliegue masivo de tecnología
inmadura desde el punto de vista de la seguridad. Todos los días oímos alguna
noticia relacionada con el robo de identidades o de gobiernos pidiendo
explicaciones por supuestas escuchas o accesos no autorizados a información
confidencial, o caída de servicios de algunas de las empresas más importantes
del mundo debido a un ciberataque.
Son
muchos los retos que tenemos por delante y es que en estos momentos nadie es
ajeno a este tema, no solo nos afecta como empresas, organizaciones o
gobiernos, si no como ciudadanos. Avanzamos hacia una sociedad donde la
revolución 4.0, llena de drones, coches que se conducen solos y brazos
articulados que realizan complejas operaciones quirúrgicas teledirigidos a
distancia son ya habituales. La UE calcula que en todo el mundo hay 1,7
millones de robots y su crecimiento es imparable. Los europarlamentarios han
llegado a la conclusión de que es necesario elaborar un estatus legal de la
“persona electrónica” , la interacción entre personas y robots también plantea
problemas de seguridad y confidencialidad
“Si no queremos que cada coche nos vigile y cada lavadora nos grabe, hay
que regular la privacidad”, una sociedad
donde se reinventa el modelo de comercio con protocolos como OpenBazaar para
“desintermediar” a Amazon, eBay o crear redes sociales descentralizadas para
que no sean empresas como Google, Facebook o Twitter las que obtengan la
información de los usuarios ( y la utilicen en su provecho) y que se gestione
de forma descentralizada, siendo propiedad de todos los usuarios. Aquí, el
modelo del blockchain ofrece mucho más que la eficiencia en las transacciones o
la flexibilidad, va más allá. Puede proporcionar una identidad a los que no la
tienen, o promover la inclusión financiera, actualmente se están explorando
también aplicaciones en el sector de la Sanidad o el Registro de la propiedad
dentro del ámbito de lo público.
En
definitiva, donde la privacidad es cada vez más un lujo y de hecho la Unión
Europea ha publicado el reglamento Reglamento de Protección Datos (GDPR) que
provee de las garantías necesarias para el libre intercambio de información
dentro de la EU. Como ciudadanos debemos ser conscientes de la importancia de
nuestros datos en un mundo donde las personas se proyectan al entorno digital,
construyendo una auténtica identidad paralela, los límites dela persona se
proyectan mucho más allá de su intervención física, permitiendo autenticarse y
operar en un universo digital de posibilidades: acceso a redes sociales,
operaciones financieras, adquisición de bienes y servicios. En un marco así, la
información, no sólo la aportada por los usuarios, sino la información generada
y explotable como resultado de la actividad directa de los mismos, permiten,
más que nunca en la historia, generar petabytes de datos sensibles, que afecta
de forma directa a la privacidad de las personas y debe ser protegida, en un
mundo que ha de ponderar entre una miríada de factores técnicos así como de
derechos individuales y personalísimos. Una persona, proyectada al mundo
digital duplica o triplica su presencia de lo que significaría su mera
capacidad de acción como persona física.
Así
mismo, la brutal capacidad de procesamiento de información reinante, permite
que las obsolescentes técnicas estadísticas den paso a un mundo de análisis de
información, no sólo de una muestra, sino de la población completa, y en tiempo
real. Donde el individuo se diluía en categorías creadas por aproximación
estadística, ahora es objeto de estudio en sí mismo, como por ejemplo es el
caso de la incipiente genómica, que con su secuenciación, permitirá a las
grandes organizaciones de cuidados y salud, tanto públicas como privadas, tomar
decisiones mucho más granulares, caso por caso. Toda esta información personal
y las consecuencias de ella derivada, ha de ser, más que nunca, protegida y
sometida a las garantías que permiten que derechos fundamentales de las
personas no se vean vulnerados.
Es
en esta sociedad en la que nuestra empresa quiere ser líder y contribuir con
soluciones que faciliten el día a día de los ciudadanos a través la innovación.
Nuestro
compromiso es que todas estas nuevas oportunidades de negocio que desarrolla
Fujitsu, desde las plataformas de blockchain, lo último en inteligencia
artifical, el mundo IoT, pero también el negocio más tradicional como cajeros,
desarrollo de aplicaciones, puesto de
trabajo del futuro lleven implícitos los controles de ciberseguridad, ya que como decíamos las nuevas soluciones
deberían ser seguras si quieren tener éxito en este nuevo entorno actual.
Acerca
de Fujitsu
Fujitsu
es la compañía japonesa líder en Tecnologías de la Información y Comunicación
(TIC), que ofrece una gama completa de productos, soluciones y servicios
tecnológicos. Sus 155.000 empleados de Fujitsu dan soporte a clientes en más de
100 países. Utilizamos nuestra experiencia y el poder de las TIC para modelar
el futuro de la sociedad con nuestros clientes. Fujitsu Limited (TSE:6702) registró ingresos consolidados de
4,5 billones de yenes (40.000 millones de US$) en el año fiscal finalizado el
31 de marzo de 2017. Para obtener más información, consulte: http://www.fujitsu.com/fts/about/
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