Ciudad
de México, a 21 de mayo 2018.-
La Confederación Patronal de la República Mexicana lamenta el
acuerdo adoptado el 21 de Mayo de 2018, por la Comisión Nacional de
los Salarios Mínimos, en el que determina no continuar con el
proceso de revisión del Salario Mínimo General vigente.
Durante
la sesión celebrada este día, la representación del Gobierno
Federal sostuvo la inconveniencia de impactar negativamente las
inercias positivas de varios indicadores económicos y laborales, que
a su juicio, y por el entorno “económico, social y político,
interno y externo” tendrían un alto riesgo de incidir
desfavorablemente sobre ellos, y sugirió a los representantes
obreros y patronales, no continuar con el proceso de revisión.
El
pasado 24 de Abril la Coparmex solicitó al Presidente de la
CONASAMI, que en cumplimiento de la resolución del 21 de Noviembre
de 2017, realizara los análisis técnicos pertinentes que condujeren
a la adecuación del SMG de 88.36 pesos a 98.15 pesos diarios, para
alcanzar la Linea de Bienestar fijada por CONEVAL en la cantidad
referida.
Conforme
a los principios y valores de la Coparmex, una economía de mercado
con responsabilidad social, presupone como condición básica, que
cualquier trabajador que desarrolla una jornada de trabajo completa
en la economía formal, con independencia de la actividad que
realice, debe de obtener el ingreso indispensable para cubrir, como
mínimo, las necesidades básicas alimentarias y no alimentarias.
La
Coparmex ratifica, de acuerdo a sus análisis, y contrariamente a lo
esgrimido por el Gobierno Federal, que sí existen las condiciones
económicas para ajustar el Salario Mínimo General a la Línea de
Bienestar, en el mes de Mayo de 2018.
Desde
luego, el Sindicato Patronal asume de forma respetuosa las
determinaciones mayoritarias adoptadas por la CONASAMI, que
infortunadamente, interrumpen la evolución favorable que durante
2017 observó el SMG para aproximarse a la Línea de Bienestar.
Al
margen de dicha resolución, el Sindicato de los Patrones de México,
seguirá pugnando por la adopción de una Nueva Cultura Salarial, que
permita que México cuente con niveles de remuneración mínimos
competitivos, apartados de la ficción y acordes a la realidad
económica actual, y que deje de ubicarse en los niveles más bajos
-y con una tendencia decreciente- en los niveles comparativos de
remuneración salarial de América Latina y la inmensa mayoría de
sus socios comerciales.