* Dra. Erika Proal – Especialista de NEUROingenia
* Ninotchka Domínguez – área de psicología NEUROingenia
Cancún
La pérdida de un ser querido le puede generar dolor a una persona a
cualquier edad y los niños no están exentos de vivir esta
situación. La mayoría de los adultos no saben bien qué hacer o
cómo ayudar a sus hijos a entender el proceso del duelo por lo que
prefieren evitar el tema, pero es importante que dejemos que nuestros
niños se desarrollen sanamente, por lo que debemos acompañarlos
durante su proceso de aprendizaje y crecimiento.
El proceso del duelo es una etapa normal y necesaria que aparece
después de haber sufrido una pérdida. Sus funciones principales
son: ayudar a la persona a aceptar la pérdida, favorece la
adaptación a un ambiente nuevo y a cambios importantes dentro de la
vida de la persona. También nos ayuda a reflexionar sobre la vida,
los momentos que hemos atesorado y nos prepara para continuar con
mayor fortaleza en nuestro camino.
Usualmente, cuando escuchamos que alguien está en duelo, preguntamos
“¿quién se murió?”. Sin embargo, la muerte no es la única
pérdida que los seres humanos experimentamos. Las personas también
entramos en duelo por cambios fuertes en nuestro ambiente, en
específico cuando hablamos de infancia, a los niños puede costarles
mucho trabajo enfrentar situaciones como mudarse a una nueva ciudad,
cambio de escuela en donde todo es nuevo, la separación de sus
padres o incluso, el salto entre niñez y adolescencia.
Tipos de duelo
El duelo no complicado: Proceso normal por el cual niños se
ajustan a la pérdida de lo amado. Tiene mucho en común con la
depresión o estado de tristeza, puede causar una serie de
complicaciones, sin embargo, después de un periodo o con un
acompañamiento terapeútico adecuado, puede ser sobrellevado sin
ningún problema.
El duelo complicado: Desviación o estancamiento que ocurre
dentro del proceso del duelo. Este duelo se considera patológico, es
decir no es normal, y puede traer consigo complicaciones como el
deterioro de la vida social o laboral de la persona que lo padece.
Los síntomas del duelo han permanecido aún después de seis meses
del suceso. Si se llega a desarrollar este tipo de duelo, es
importante buscar ayuda de un especialista.
El duelo anticipatorio: Dolor emocional que aparece con el
anuncio de una muerte inminente de algún ser querido, puede ser el
resultado de alguna enfermedad terminal como el cáncer.
Ahora entendamos un poco mejor el duelo como proceso. El duelo está
dividido en las siguientes fases:
Fases del duelo
-
La negación: “Esto no puede estar pasando”
-
La ira: “¿Por qué a mí? ¡Que injusto!”
-
La negociación: “Y si hubiera…”
-
La depresión: “Te extraño, que ya no estés me pone triste”
*Cabe mencionar: aunque la etapa se llame “depresión” no es
sinónimo al trastorno mental. A pesar de que sentimos que estaremos
tristes para siempre durante esta fase, es solo cuestión de tiempo y
cuidados para que salgamos triunfantes de este escalón del proceso.
-
La aceptación: “Yo estoy bien y todo estará bien”
Qué podemos hacer al respecto
Inicialmente expresarán temor y confusión respecto al tema, sobre
todo, si se trata de la muerte de algún ser querido o de alguna
situación que ellos perciban como negativa, como el divorcio. Es
importante recordar que los niños son inocentes, pero también son
muy inteligentes por lo que no hay por qué ocultarles lo que está
pasando. Si bien podemos no dar detalles tan específicos, es
importante no privarlos de estar al tanto de lo que ocurre a su
alrededor.
Hay que ser lo más claros y sensibles posible al
darles la noticia. Al explicar situaciones como la muerte, pueden
tener preguntas como: ¿qué es la muerte? y ¿por qué pasa? Claro
que la respuesta puede variar dependiendo de la edad de nuestro hijo
pues su entendimiento de la muerte aún está en desarrollo. Para
evitar confusiones debemos tratar de ser concretos y limitarnos a
contestar lo que estén preguntando sin tantos rodeos.
Durante la segunda etapa del duelo vendrá el enojo. En los niños se
puede presentar de varias maneras: enojo hacia los hermanos o padres,
se desquita con amigos del colegio, o simplemente se encuentra
enojado consigo mismo. Debemos ser observadores e identificar que
esta emoción es parte del duelo, es temporal y necesario para
continuar el proceso de duelo hacia la curación. Es importante que
dejemos que nuestros niños se expresen libremente sin juzgarlo o
reprenderlo.
*No todos los niños se expresan de la misma manera, por lo que
hay que estar muy atentos. Dependiendo del desarrollo del niño y de
su comprensión respecto a la muerte puede manifestar otras acciones.
Posteriormente vendrán los sentimientos de tristeza, un anhelo a que
las cosas fueran como eran antes de la pérdida. En estas fases (3 y
4) puede haber también problemas para concentrarse, cambios en la
alimentación, dificultades para conciliar el sueño o dormir por más
tiempo. Aquí podrá verse reflejado en el humor del niño y en su
desempeño escolar, las maestras nos comentan que se ve más cansado
y que en general su energía no es la misma.
Existen algunos métodos que pueden servir para que el niño
desahogue su enojo, dependiendo de su edad:
- Realizar ejercicio físico
- Establecer un juego donde tenga una conversación imaginaria con la
persona con la que está enojado (podemos hacer uso de su
imaginación, pidámosle que le cuente a un peluche o muñeco lo que
siente).
- En niños más grandes y adolescentes: hablar con sus amigos más
cercanos puede servirles de apoyo, podrían canalizar estas emociones
intensas por medio de la meditación o deporte.
- Que se exprese libremente, dejémoslo llorar y sentir esa tristeza
que guarda dentro de sí.
- Facilitemos la expresión de emociones tanto positivas como
negativas. La inhibición emocional puede complicar el duelo tanto en
adultos como en los niños.
- A lo largo del proceso debemos brindar a los niños un ambiente
cálido y estructurado, pues seremos su mayor soporte para el ajuste
emocional que conlleva el proceso de duelo.
- Promovamos la comunicación entre nosotros y nuestros niños,
estableciendo vínculos de comunicación e interacción positiva. La
idea es que se sientan seguros expresándose abiertamente con
nosotros para poder acompañarlos durante su proceso de duelo.
Pasar por una experiencia desagradable es mejor cuando nos toman de
la mano y caminan junto a nosotros durante el proceso.
NEUROingenia
es
una clínica de especialistas (Psicología, Pedagogía,
Psiquiatría, Neurología y Neuropsicología) que contribuyen
a mejorar el entorno y calidad de vida de niños,
adolescentes y jóvenes, que atraviesan por alguna dificultad
emocional, de conducta, aprendizaje, psiquiátrica o
neurológica. Su método es efectivo y distinto
ya
que cada caso es analizado, investigado y canalizado con el experto
correspondiente, para lograr un diagnóstico certero y
personalizado, que realmente ayude al paciente y a sus
familiares. www.neuroingenia.com
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